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Inglaterra is on fire

Publicado el 10 julio 2018 por Trescuatrotres @tres4tres

Eufórica, ilusionada, esperanzada. Así está Inglaterra a un paso de una final histórica tras 30 años de decepciones en el país del "football". En cada "square" (plaza), en cada pub (de esto no hace falta traducción), se canta el "Football is Coming Home" o el "Kane is on fire". Ninguna casa de apuestas les daba opciones en esta edición pero cuando un sueño es tan grande y profundo, todo es posible.

Hace cuatro años en Trescuatrotres.com volvíamos a relatar otro fracaso de Inglaterra, los inventores de este apasionante deporte volvían a decepcionar a su hinchada y la maldición de los cuartos de final seguía agigantándose en el país de los Beatles. Pero quizás uno de los años que menos prometía, ha vuelto Inglaterra a situarse entre las mejores del mundo.

El país está eufórico, la canción más escuchada esta pasada semana en el Reino Unido en las plataformas digitales es "Football's Coming Home - Three Lions", la segunda otra versión de "Football's Coming Home", y entre las siguientes está "Kane is on fire".

La primera canción relata los continuos fracasos de la selección y la esperanza de volver a ver a una Inglaterra campeona. Se ideó para la Eurocopa de 1996 que se disputó en Reino Unido y desde entonces ha servido para apoyar al equipo en cada torneo. En la letra se recuerda con añoranza el único Mundial ganado por los british en 1966, y sobre todo hace hincapié en como la afición siempre confía en que llegue ese día donde la historia se repita, a pesar de los tropiezos continuos en los grandes torneos.

Y es que ya sumaban 28 años sin pasar de ronda de cuartos en una Copa del Mundo y 20 en una Eurocopa. Y aún a pesar de estos datos el pesimismo no se había instalado en el gen british. Si en España nos veíamos incapaces de llegar algún día a disputar una gran final tras sumar fracaso tras fracaso hasta 2008, en Inglaterra cada inicio de nuevo torneo la ilusión siempre ha sido desbordante.

Ni con Gary Lineker, ni con Alan Shearer, ni John Barnes, ni Beckham, ni Owen, ni Rooney... no había forma de ver a Inglaterra en lo más alto del pódium en un gran torneo. Las principales casas de apuestas ya la habían olvidado entre las favoritas para ganar una Copa del Mundo en las últimas ediciones. Su maldición y unas generaciones más físicas pero con menos talento hacían impensable que su selección tuviese opciones reales de tocar la copa de ganador. Eso pensaba todo el planeta, excepto los ingleses.

Los aficionados siempre han seguido llenando Wembley, confiando en cada nuevo proyecto y la prensa británica ilusionaba a la afición relatando como hazañas victorias de lo más discretas según lo visto en el terreno de juego. La prensa en Inglaterra siempre se ha destacado por su sensacionalismo y en el fútbol aún más.

Esta nueva selección de Gareth Southgate no enamora a casi nadie (salvo a los ingleses claro). Quizás este es el combinado que menos fútbol ha ofrecido de las semifinalistas de esta edición de Rusia 2018, pero la euforia en las calles de Londres, Manchester, Liverpool... es tremenda. Su gran estrella, aunque muchos puedan pensar que es Kane, es Southgate.

Este ex futbolista inglés (Aston Villa, Middlesbrough, Crystal Palace, e internacional con la selección más de 50 partidos), llegó a la federación de su país tras encargarse de la Sub-21. Su llegada fue pura emergencia tras la destitución del anterior técnico Sam Allardyce (por un presunto caso de corrupción en los traspasos de jugadores). En 2016 asumió el mando del equipo de forma temporal pero se ganó la confianza del país y con poco fútbol pero con buenos resultados llegó a esta fase final.

Durante su preparación como entrenador fue a ver partidos de la NBA de baloncesto y la NFL de fútbol americano para entender como utilizaban en estos deportes la estrategia (el gran punto fuerte de la Inglaterra de Southgate). Además, se recorrió el mundo viendo a entrenadores en acción en su día a día como Tito Vilanova y Guardiola. Llegó a la Federación Inglesa con un discreto currículum de entrenador (solo había trabajado en este cargo en el Middlesbrough), pero tras el reciente éxito ya ven en él al seleccionador inglés para un largo tiempo.

La prensa inglesa no para de ofrecer reportajes sobre la vida deportiva y personal de su seleccionador (con quién está casado, sus amigos de la infancia, como lo ve su suegro, donde comenzó jugando...todo lo que os imaginéis) y su habitual chaleco ha arrasado en ventas en las tiendas británicas. A pesar de esta ola de fanatismo hacia su persona, Southgate se muestra prudente y ha admitido sentirse un poco incómodo ante tanto halago. El entrenador ha reconocido que si en la tanda de penaltis ante Colombia hubiesen caído eliminados, el país hablaría de otro fracaso de una selección solo capaz de ganar a Panamá y Túnez.

El gran éxito de este equipo parece ser la unión de un vestuario que en gran parte se conocía. Southgate seleccionó para este campeonato a gran parte de los jugadores a los que entrenó en la Sub-21 años atrás, formando un combinado con una media de edad que no supera los 26 años, uno de los más jóvenes del torneo. Un ejemplo de lo que ha hecho este técnico es una de sus grandes apuestas, en la portería. Jordan Pickford ha sido el portero titular en todas las categorías inferiores de la selección y el guardameta sin discusión para el entrenador, con un resultado excelente destacando en este Mundial.

Cuando se conoció la lista definitiva para el torneo destacó por algunas ausencias notables como la del portero Joe Hart, el defensa del Manchester Smalling, o centrocampistas como Adam Lallana, que fue gran protagonista en la buena temporada del Liverpool en Champions. La gran apuesta británica se basaba en lo que fuese capaz de hacer Harry Kane, que estrenaba capitanía. El gran goleador tenía que hacer olvidar a Wayne Rooney, el último gran delantero inglés.

Para ser sinceros, viendo la plantilla que presentaban no enamoraban a casi nadie, con una defensa con Stones, Maguire, Walker, Trippier... un centro del campo con Eric Dier, Henderson, Dele Alli, Sterling... y un ataque con Vardy, Rashford y Welbeck, a parte de Kane. Todos teníamos ganas de ver a Harry Kane como líder y con la presión de ser el delantero referente de la selección en un gran torneo, y disfrutar con las pinceladas de talento de Dele Alli que nos ha mostrado en el Tottenham, y ver a Vardy, que tiene un carisma especial.

Pocos confiaban en ellos, salvo los ingleses, y quizás ese ha sido su gran logro, sin duda. "Lo han visto antes, simplemente lo saben, están seguros, de que Inglaterra va a tirarlo, va a fracasar, pero yo sé que saben jugar, porque recuerdo, tres leones en una camiseta, Jules Rimet todavía brilla, treinta años de sufrimiento no me han impedido soñar"... así canta toda Inglaterra su canción del verano.

Toda Inglaterra canta, y sueña, con que sus jugadores "coming home" ("vuelven a casa"), pero esta vez con la Copa del Mundo en la maleta.

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