Por Juan Cuccarese / @jcucca
Por los segundos enfrentamientos en el grupo B, Brasil debía cruzarse con Paraguay, en el partido más atractivo de este grupo. Ambos equipos habían igualado en sus partidos anteriores, y buscaban el triunfo para poder subirse a la punta y prácticamente asegurar su clasificación a la siguiente ronda.
El partido arrancaba con una chance para los guaraníes apenas al minuto, con un disparo de Santa Cruz que se iría alto. Paraguay buscaba golpear primero.
Durante los primeros 25 minutos, el conjunto brasileño se vio reducido simplemente a seguir el juego de Paraguay, y a ser constantemente presionados. Al igual que en el anterior encuentro, Estigarribia se mostraba como uno de los más desequilibrantes en el conjunto paraguayo, complicando a Brasil por la banda izquierda.
A medida que pasaba el tiempo, el Scratch recuperaba lentamente algo de terreno y posesión, aunque seguía muy presionado por Paraguay. A los 38, llegaría la sorpresa: cuando Paraguay más presionaba y más le cerraba el camino al área al Scratch, Jadson sacaría un remate desde afuera que se clavaría junto al palo de Villar, para adelantar a Brasil y sacudir todos los pronósticos de acuerdo a como venía el tramite del partido. Jadson encontraba la única forma de romper con la defensa paraguaya, y ponía el 1 a 0 parcial.
Sobre el final del primer tiempo, la gente comenzaba con un pedido que de a poco se va volviendo un clásico: “Haeeeedo, Haeeeedo”. Los paraguayos querían a su delantero más mimado, para emparejar las cosas y buscar la victoria. Así moría el primer tiempo.
Paraguay salió al segundo tiempo buscando el empate rápido, para poder emparejar la situación, y lo encontró a los 9 minutos: Estigarribia, uno de los mejores jugadores del conjunto guaraní, metería un buen pase para Santa Cruz, quien le pegaría de primera para decretar el 1 a 1. El gol complicó a Brasil, quien volvió a perder precisión y juego.
A los 21, llegaría otro mazazo para el Scratch: Haedo Valdez pondría el 2 a 1 tras meter el rebote de un disparo anterior que Julio César había salvado.
Brasil comenzó a buscar el empate desorganizadamente, con centros imprecisos y de forma atropellada; pero finalmente tendría su chance: A los 44, cuando el partido estaba por finalizar, Fred metería una volea desde el área grande y pondría el 2 a 2. Brasil no lo merecía, pero lo empataba y le robaba 2 puntos a un Paraguay que había mostrado buen juego.
El partido terminaba con un empate en dos goles, y con un Brasil que jugó mal y no lo mereció. Para mí, la figura se la llevó un Estigarribia que inquietó al Scratch durante todo el partido.