Todavía recuerdo cuando hace ya unos años le propuse a una persona con responsabilidad directiva crear un modelo para propiciar y gestionar internamente la innovación, GERMIN se llamaba, y aun lo conservo como una reliquia. La sensación que tuve fue como si le hablase a una pared, “pero Javier si cuando salen las convocatorias ya disponemos de un mes o dos de tiempo para pensar en las ideas, esto no nos hace falta para nada... Necesitamos una herramienta” No, claro que no amigo mío, claro que no hacía falta para nada, sobre todo si el resultado que esperabas obtener es el que obtuviste años después, un sonoro fracaso en tu gestión, eso sí, con “herramienta” de propina.
Esto viene a cuento del artículo aparecido hoy en el que se refleja que los directivos suspenden en innovación. En las empresas de un cierto tamaño no se crean espacios ni tiempos que permitan aflorar la creatividad, no se crean modelos ni procesos de gestión del conocimiento, y tampoco se incentiva ni se lideran estas iniciativas ¿de verdad nos sorprende el resultado de la encuesta?
Venimos arrastrando un pesado lastre desde la época industrial en el que primaba por encima de todo la producción y la cuenta de resultados a fin de mes. No se ponía la mirada en el horizonte como si aquello no fuera a tener fin, y de aquellos barros proceden estos lodos. A nivel laboral siguen siendo los perfiles más técnicos los más demandados, sin tener en cuenta otras aptitudes como las humanistas que aportan gran valor, por ejemplo, al sector tecnológico. Seguimos inmersos en una estructura piramidal que pone el foco principal en la gestión lo cual choca de frente con la detección de oportunidades y, por ende, la innovación. De hecho, son escasísimas las empresas que ponen en la cúspide de la pirámide a perfiles profesionales creativos, disruptivos, imaginativos, emprendedores y/o con madera de líderes. Y lo cierto es que si contratas un gestor (hay muchos en el mercado laboral) tienes un mero administrador de dinero más o menos bueno pero ¿cómo generas ese dinero? Eso no te lo va a saber solucionar el gestor, de hecho gestores hay a patadas pero ¿profesionales creativos e inspiradores cuántos hay?
Aquí está la raíz del problema y, por tanto, conocemos la solución pero, ¿quién está dispuesto a cambiar las estructuras y los modelos mentales? ¿Quién está dispuesto a dar un paso adelante y a diferenciarse del resto? ¿Quién le pone el cascabel al gato? Observo a mi alrededor y veo ilustres gestores de 50 años de edad buscando empleo; el que avisa no es traidor...
Más vale que los directivos se pongan manos a la obra cuanto antes porque, en un contexto de crisis económica como el que vivimos, innovar es una cuestión de supervivencia: o innovas o te extingues.