INSIDIOUS: CAPÍTULO 2
Título Original: Insidious: Chapter 2 Director: James Wan Guión: Leigh Whannell Fotografía: John R. Leonetti Música: Joseph Bishara Intérpretes: Patrick Wilson, Rose Byrne, Lin Shaye, Ty Simpkins Distribuidora: eOne Fecha de Estreno: 25/10/2013
Allá
por 2004, un barbilampiño James Wan sorprendió a propios y extraños
con su brutal irrupción en el terror de la mano del psicópata
Jigsaw y sus macabros juegos en la portentosa Saw. A
veces irregular con alguna de sus películas de género, volvió a
una senda más madura y terrorífica con The Conjuring,
consagrándose como uno de los
autores a tener en cuenta en el terror. Sin embargo, para fastidio de
sus fans, este verano James Wan anunciaba que se retira como director
de películas de miedo porque se ha pasado los últimos diez años
asustando al público y sentía que ya era hora de evolucionar para
no quedarse encasillado. Según él, la secuela de la mediocre -pero
exitosa- Insidious es
su última incursión en el terror. Su próximo proyecto será la
nueva entrega de la longeva saga A todo gas, un
cambio drástico a lo que nos tiene acostumbrados. No hay que
alarmarse; todos sabemos que la palabra de los directores nunca es de
fiar al 100%. Ahí, sin ir más lejos, tenemos reciente el caso de
Soderbergh, quien ya se ha retirado unas cuantas veces de su
profesión.
Mientras
se despejan estos nubarrones, Wan vuelve por segunda vez este año a
las carteleras españolas con Insidious 2, sin
apenas darle tiempo al espectador para reponerse de la sugestiva,
espeluznante y efectiva The Conjuring. Esta
segunda entrega de Insidious ha
sido posible gracias al éxito de la primera a pesar de que ésta
adolecía de previsibilidad, uso del sonido alto para los sustos y un
giro un tanto ridículo. En la secuela, algunos de estos tics siguen
presentes pero se nota un tanto la madurez del director en lo que a
creación de ambientes tétricos se refiere. Insidious 2
comienza cuando la familia Lambert se muda a casa de la madre de Josh
con la esperanza de dejar atrás sus vivencias diabólicas. Sin
embargo, pronto descubren que los espíritus aún no les han
abandonado. Aunque la familia ignora qué sucede, el espectador ya lo
sabe pues así te lo muestran en el final de la primera película.
Wan insiste en que la conclusión de Insidious no
estaba hecha para una posible secuela pero, ¿a quién quiere
engañar? Dice lo mismo de esta segunda parte y tiene un final más
que abierto para continuar con la franquicia al poder jugar con los
orígenes de los espíritus.
Los
sustos comienzan en los primeros compases del film. Al principio, el
director sabe recrearse con la sugestión y la tensión, se palpa un
ambiente de mal rollo en esa enorme casa con tantos rincones oscuros.
Pronto vuelve a caer en los defectos de su primera parte al mostrar,
sin pudor y en primer plano, los entes demoníacos y fantasmas a
golpe de una chirriante subida de volumen. Con esto, la efectividad
de pasar miedo del puro cae ya que no juega tanto con la mente de su
público y opta por el convencionalismo intrínseco al género de los
últimos años. Todo esto por no hablar de los giros de guión muy
risibles que tanto duelen a los amantes de las horror
movies (y que no contamos
ninguno por no estropear la trama), y otros claros guiños a grandes
películas del género como El resplandor.
Hay incluso hueco a puntos cómicos con la aparición de los dos
parapsicólogos jóvenes que, si bien deberían dar un respiro en la
supuesta tensión -ya decreciente a medida que avanza- de la trama,
acaban por quedar impostados. El
reparto, que repite en la secuela, está bastante creíble destacando
la actuación de ese trastornado padre interpretado por Patrick
Wilson.
Eso
sí, la manera de conectar las dos películas y dar explicación a
por qué pasaban ciertas cosas en el pasado, nos ha parecido
convincente y bien cohesionada, independientemente de lo ridículas
en sí que luego puedan resultarnos. En este sentido, el guión de
Leigh Whannell, colaborador habitual de James Wan, intenta no dejar
cabos sueltos e ilustrar que todo es posible en el mundo de los seres
demoníacos. Al final, el legado “terrorífico” de Wan se va a
ver empañado por lo flojito que resulta este segundo capítulo de
Insidious. No siempre
se puede salir incólume de nuestro tan querido, como denostado,
género de terror.