Primer Acto
Unos viajeros espaciales acaban de descender en una remota Luna olvidada de la mano de los Dioses, para cubrir una emergencia en su averiada nave, lo hacen sabiendo que aquella Luna orbita un Planeta Prohibido, y ya verán el porqué...
El heroico Capitán, su primer oficial (que es de otra especie), Patterson y el piloto navegante están perfectamente vestidos para explorar un mundo sin oxígeno, con escasa gravedad y siendo la Luna de un Gigante Gaseoso con hermosos anillos, el ambiente imperante es de un venenoso color amarillo, un entorno pútrido.
Han llegado a esa Luna no solo porque allí se encuentran todos los minerales necesarios para poner en perfecto funcionamiento su maltrecha nave, sino porque los ha atraído una misteriosa música.
A lo lejos ven una mujer tocando como poseída por una Legión de demonios lo que parece a primera vista un piano muy estilizado y moderno.
- ¡Un Clavinet! Anuncia Patterson, que es persona bastante aguda
- Pero la música es el sonido de un .... ¿Clavicémbalo? - dice con cierta duda el piloto navegante.
El Capitán que se conoce todos los trucos hace gesto de proceder con cautela, se acercan despacio a la mujer que está interpretando las 17 Sonatas de Domenico Scarlatti
La dama es bellísima, y al notarlos interrumpe su música y les sonríe amablemente, casi como si fueran viejos conocidos.
( pueden escuchar aquí el hipnótico sonido que atrajo a estos pobres desventurados)
Segundo Acto
Cada uno de los desdichados cae bajo el poder hipnótico de la dama, y cada uno percibe una ilusión diferente:
El Capitán de repente se encuentra en un parque, junto a su esposa e hijitos, todos le sonríen, la escena es de pura felicidad
Patterson que es soltero ve como si estuviera en un bar en donde hay varías bellas hembras esperando a ser abordadas por un galán, él se acerca a la mesa de una rubia que fuma y sin ser invitado se sienta con total aplomo y comienza a hablarle animadamente a su "objetivo" para una noche de locura romántica
El Navegante que es bastante atlético esta sintiendo vividamente que está participando en una competencia que le demanda prácticamente bastante energía, fuerza y plasticidad si quiere ganar
El Primer Oficial es más difícil de manipular mentalmente para la Clavicembalista, su fisiología es diferente, tiene la mente más entrenada que los otros tres, aun así logra ser engañado y siente de repente que está flotando en el espacio vacío, ve como poco a poco se aleja de la superficie de la luna.
Todos cuatro siguen escuchando la bella música, la dama los contempla, desde su punto de vista, están todos petrificados, viendo y viviendo una realidad que solo existe en sus confundidas mentes.
El Capitán de repente ve un sujeto extraño que viene armado y quiere agredir a su familia, él rápidamente reacciona saca su pistola láser y dispara al intruso
Al mismo tiempo, Patterson ve como la dama a la que está cortejando se transforma en una horrenda y hostil creatura, al igual que el Capitán sin dudarlo agarra su pistola y dispara para vaporizar al engendro.
El navegante siente la presión de la competencia, tiene que triunfar a toda costa, siente que va a perder, no puede controlarse y en su ira dispara el arma letal contra el rival que parece va a ganarle en la justa deportiva
El Primer Oficial, que no esta del todo hipnotizado y se encuentra a medias entre la realidad y la fantasía alcanza a percibir como en un ensueño la escena, en la realidad los tripulantes están apuntándose entre ellos mismos, El Primer Oficial, sabe que tiene que hacer algo, sabe también que la mujer es la causante de ello, por tanto sin saber como y en un esfuerzo desesperado apunta su arma hacia la dama y dispara.
Todos cuatro, caen al mismo tiempo, cada uno era el blanco de otro de sus compañeros de aventuras, sin saberlo habían entrado en una subyugación mental imposible de escapar.
Estas lunas lejanas son colonias penales y han sido destinadas para alojar a los seres más peligrosos de la galaxia, por ello ha sido explícitamente prohibido acercase a ese Gigante Gaseoso, que en el horizonte de la estéril luna ha presenciado indiferente la masacre.
La Mujer ha estado esperando ese instante por quizás siglos, esperando pacientemente que algunos incautos aparecieran como la mosca a la araña. Se acerca a uno de los cuerpos sin vida y usando un aparato de comunicaciones dice algo y en pocos segundos ella y su piano son tele transportados al interior de la nave de donde provenían los otros 4 desafortunados.
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Nota: Este relato es parte de una serie de historias similares, no es necesario leerlas todas, ya que cada parte es independiente de la otra e incluso puede contener ciertas divergencias, casi como si cada cuento diera una perspectiva diferente de aquello que está ocurriendo, pero es más divertido si se leen en el siguiente orden:
Una Tarde en Mimas Una deuda por cobrar