A Miguel Urabayen, maestro en la divulgación del cine.
El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo. La cita de Winston Churchill que cierra esta película encierra una filosofía de vida que encaja, no solo con las circunstancias de la protagonista, sino con las de tantas personas que se han visto en la necesidad de empezar de cero una y mil veces. Porque, no nos engañemos, si buceamos tras la azarosa trayectoria de Molly Bloom llegamos a la conclusión de que este filme nos está hablando realmente del instinto de supervivencia y de la facultad de reinventarse del ser humano.
El prestigioso guionista Aaron Sorkin debuta en la realización con la adaptación de su puño y letra de Molly´s game, el libro autobiográfico que levantó ampollas en Hollywood. En el centro del relato, la bautizada por la prensa como Princesa del Póker por las ostentosas timbas que organizaba para millonarios de todo tipo clase y condición. Con ella, Sorkin ha seguido un proceso similar al desarrollado para diseccionar en carne viva el cuerpo y alma de figuras tan controvertidas como las de Mark Zukerberg o Steve Jobs, sin temor a que afloren los recovecos más ocultos de su psique.
Los consejos de su amigo David Fincher han derivado en una puesta en escena agresiva y sin complejos, que basa su efectividad tanto en la habilidad del creador de El ala oeste para escribir diálogos trepidantes repletos de contenido narrativo, como en un montaje avasalladoramente brillante que refuerza la ingeniosa estructura en flashbacks sucesivos, marca de la casa, que va completando el dibujo de un personaje tan complejo como Molly Bloom.
La elegida para recrear la vida de esta mujer es, probablemente, la mejor actriz del momento. Jessica Chastain desarrolla un rol que conoce perfectamente, ya que comparte su perseverancia, inteligencia y su dureza con trazas de vulnerabilidad con viejas conocidas de la interprete como Maya, la militar de La noche más oscura, o la abogada Elizabeth Sloane de El Caso Sloane. Una candidatura al Óscar puede esperarle a la vuelta de la esquina, la misma que al libreto de su director. El tercer nombre propio del filme, Kevin Costner, que en una segunda juventud se ha convertido en todo un robaescenas.
Sorkin, tan demoledor como acostumbra en los instantes iniciales, vuelve a epatar. Un tipo con multitud de recursos cuando se sienta frente a un teclado, capaz de definir al creador de Facebook en cinco minutos de vértigo convertidos en conversación o de sacarse de la chistera un brutal monólogo mordazmente crítico con su propio país, posee el genio suficiente para montar desde el minuto cero al espectador en su particular montaña rusa. La voz en off de Molly Bloom interpela a la audiencia entre espectaculares imágenes de un descenso de esquí acrobático en la modalidad de mogul. ¿Qué es lo peor que te puede pasar en el deporte? ¿Perder? Alguien aseguró que quedar cuarta en unos Juegos Olímpicos. Solo puedo decirle a esa persona, ¿en serio? ¡Que te jodan!
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.
Copyright imágenes © STX Entertainment, Huayi Brothers Pictures, The Mark Gordon Company, Pascal Pictures, Entertainment One. Cortesía de Entertainment One Spain. Reservados todos los derechos.
Molly´s game
Dirección: Aaron Sorkin
Guión: Aaron Sorkin, basado en la novela homónima escrita por Molly Bloom
Intérpretes: Jessica Chastain, Idris Elba, Kevin Costner
Música: Daniel Pemberton
Fotografía: Charlotte Bruus Christensen
Montaje: Alan Baumgarten, Elliot Graham, Josh Schaeffer
Duración: 140 min.
Estados Unidos, China, 2017
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