Revista Música
Las baquetas
Los timbales se tocan por medio de dos baquetas —una en cada mano— con mango de caña de la India o de bambú, de unos 35 cm de longitud. Su cabeza es constituida por una pelotita de corcho revestida por un fieltro suave. Existen baquetas de distinta dureza según los efectos requeridos por la partitura a interpretar. Para efectos de violencia y sequedad se usan incluso baquetas de madera sin revestimiento alguno.En la orquesta actual se utilizan los timbales a pedales y su número dependerá de la partitura a interpretar. Tres es lo habitual, pero en muchas obras de nuestro siglo ya se utilizan hasta cuatro unidades. Estas se colocan de menor a mayor, según sus respectivos diámetros (58, 66, 74 y 82 centímetros). Su extensión total será de una 13a
Posibilidades técnicas
A través de los timbales actuales se puede realizar las más variadas piruetas virtuosísticas. La innovación de los pedales ha hecho que se pueda cambiar de notas con gran rapidez haciendo posible ejecutar pasajes que en su momento eran prácticamente inejecutables. Su gran personalidad, así como sus posibilidades, ha hecho nacer en nuestros días numerosas obras donde este instrumento actúa como solista. Existen incluso partituras sólo para timbales.En percusión clásica, aparte de las baquetas que son usadas para caja de marcha, encontramos asimismo los mallets o mazas usados para bombo clásico, tambores, glockenspiel y xilófonos, entre otros.
Timbre
Con los timbales se puede obtener los más diversos efectos tímbricos. Desde su utilización en los "crescendos" de frases altisonantes en forma de trinos, hasta los sutiles golpes en "pianissimo", una rica gama de matices convierte a este instrumento en uno de los más indispensables así como fascinantes de la percusión.
En la música clásica
se utilizan los timbales principalmente para reforzar los bajos en determinados acentos, no siendo frecuente que este instrumento actúe solo; el "Scherzo" de la Novena Sinfonía de Beethoven comenzó ya a ser una excepción. Se utiliza en los llenos orquestales así como en pasajes para acompañar los instrumentos de metal o de madera conjuntamente. Sin embargo, modernamente se le ha otorgado un rol casi solístico como es el caso de la "Sonata para dos pianos y percusión" de Bela Bartok.