Revista Religión

Inteligencia artificial

Por Proferay

Los avances tecnológicos y científicos no son algo que me tomen de sorpresa. En realidad, creo que actualmente nadie se asombra por los logros obtenidos por el ser humano en estas áreas.

Lo llamativo es que a pesar de los esfuerzos por lograr que la tecnología y la ciencia brinden confort a la vida de los humanos, esto sólo se alcanza en los más altos niveles adquisitivos dejando cada vez más distantes a las personas de bajos recursos.

Es más, la cantidad de atención que la tecnología consume de un humano le resta espacio para la comunión unos con otros, para la empatía y la ayuda mutua, para la misericordia.

Y esto no es nada nuevo tampoco…

En la parábola del juez injusto, Jesús narra el momento en el que este juez se negaba a atender a una viuda hasta que finalmente, por la insistencia de ella, optó por concederle justicia con el único objetivo de no escucharla más insistir sobre su pedido.

Esta parábola, que habla de la perseverancia en la oración termina con una frase que retumba hasta nuestros días:

«Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? (Lucas‬ ‭18:8‬b ‭versión RVR1960‬‬)

¿Qué tanto estamos dispuestos a escuchar a quienes más lo necesitan?

Realmente consideramos que en las reuniones de la congregación, esos momentos de sonrisas urgentes y saludos al pasar entre los miembros de la comunidad cristiana son suficientes para considerarlos nuestro aporte como oyentes dispuestos a ayudar al prójimo tal como lo hubiera hecho el buen samaritano (puedes leer la historia en Lucas 10:29-37).

La tecnología es muy entretenida, útil y ayuda muchísimo en muchos aspectos. Pero no es lo principal en lo que un cristiano deba enfocarse.

Y me refiero a los cristianos comprometidos con el obrar del Señor en este mundo. No con quienes utilizan el evangelio como medio para enriquecerse de modos obscenos como es costumbre en las mega congregaciones.

Cuando menciono la palabra cristiano lo hago intentando llevar la misma idea que el libro de los Hechos de los apóstoles (Hechos 11:26) cuando por primera vez se llamó así a los discípulos de Cristo.

En esa oportunidad, un cristiano era considerado como tal si andaba como Cristo anduvo.

Dediquemos tiempo para estar con toda persona necesitada. Busquemos evitar que el día pase sin hacer otra cosa que mirar el celular.

El Señor nos dirá en aquel día en que regrese si nos conoce o no. Yo prefiero estar entre aquellos que, sin esperar recompensa, han servido al Señor fielmente.

Espero verte allí

❤


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