Foto que ha desatado la ira de Intereconomía
La infamia habita en la información que proyecta diariamente el Grupo Intereconomía en su canal de televisión, su emisora de radio y su periódico La Gaceta. Pese a que en su ideario señalan que “procurará que sus medios se distingan por apartarse de cualquier estilo vejatorio y de toda forma de injuria, calumnia e intromisión maliciosa en la intimidad, honor y buena fama” lo cierto es que el colectivo LGTB es objeto de una campaña maliciosa y perversa que, lamentablemente, no parece tener límites. Su última víctima: Shangay Lily.En un artículo de opinión de Javier Domenech, en el que el autor lamenta que el “odio hacia el catolicismo se acompaña de banderas republicanas y enseñas de orgullo gay”, se incluye una foto de Lily en una concentración celebrada en Madrid y se refieren a Shangay como “un individuo disfrazado de transexual que, tras una bandera gay, “amenaza a varias chicas arrodilladas, mientras estas se recogen en oración ignorando los insultos y procacidades del desecho humano que vocifera, babeando sus amenazas.”.
¿Disfrazado de transexual? ¿Desecho humano?
Pese a las quejas del autor, lo único que sí queda claro en su artículo es que el odio que tanto lamenta es el mismo que él escenifica en cada una de sus palabras. Dice Domenech que “se identifican algunas posiciones políticas con el rechazo religioso y se utilizan como señas de identidad disfraces de enfermiza homosexualidad”.
¿A qué se refiere el doctor Domenech con “disfraces de enfermiza homosexualidad”?
No finaliza ahí el procaz e incendiario artículo de Domenech. La fotografía que tanto le preocupa es, según él, el símbolo de la “destrucción física de cualquier creencia o modo de vivir que no comparta la anarquía de la moderna militancia atea. En este caso, el energúmeno (Shangay) que amenazaba a las jóvenes peregrinas, es el símbolo evidente de la alternativa que algunos nos proponen”.
Shangay Lily, que se define a sí mismo como “feminista, escritor, actriz, ateo, activista, republicana y drag queen pionera en España de la visibilidad gay y queer”, se defiende en su cuenta de twitter de la desmesurada reflexión del articulista de La Gaceta. En un tuit señala: “Los tiempos han cambiado. Son fósiles del pasado”.
Fósiles del pasado que, paradójicamente, se presentan en la sociedad como un grupo de medios de comunicación “comprometido con la dignidad innata e inviolable de cada persona humana y con el respeto efectivo a sus derechos y libertades fundamentales en el marco de una sociedad libre, justa, solidaria y democrática”.
¿Forma parte de ese compromiso referirse a una persona como desecho humano? No cuela.