Intersection (1994) con dudas, El cine que nos falta por ver

Nunca me sucederá lo que le pasa a Vincent Eastman, en la película protagonizada por Richard Gere y Sharon Stone. Soy una loca y me concentro demasiado, cuestión de carácter: Tauro terco, no dudas, no bifurcaciones.
No es que el film del poco conocido director Mark Rydell sea una obra de arte, es mas bien que presenta de un modo original el tópico de siempre: un hombre, dos mujeres, y una interrogante por dirimir, la “intersección” de donde no sabe como salir el pobrecito –y guapo- Vincent Eastman, un Richard Gere en el papel exacto que dios diseñó para el: atractivo arquitecto, con el corazón dulce y el pantalón abultado.
La trama es muy sencilla, en realidad nunca ocurre exactamente nada particular afuera, el conflicto es interno y el mérito del director es precisamente ese: mostrar afuera algo que ocurre en el interior del personaje fundamental. Porque en “Intersección” el entorno del protagonista esta lleno de piezas que el –y nosotros- ve movilizarse sin que lo toquen realmente, pues es finalmente quien decide como se involucra con los personajes que le rodean, quien esta confundido y los pone a jugar diferentes roles.  
En la película de 1994, Lolita Davidovich es Olivia, la novia del recién divorciado Vincent (Gere). Sharon Stone es Sally, la ex esposa y socia casi perfecta con quien ha compartido 16 años de matrimonio. Las mujeres están en su papel, mejor Stone que Davidovich, sin embargo el peso del film recae en Gere, quien hace muy bien su rol de seductor indeciso, galán atrapado y todo eso que ha sido para el cine desde que inició su carrera en los setenta. Aunque no es verdad que siempre representa el mismo personaje, ni que es un actor plano que repite parlamentos, de Kurosawa a La Raíz del miedo, Asuntos internos, La sombra del cazador, o más recientemente  Brooklyn's Finest,  lo han ayudado a probar que es un actor talentoso más allá de su belleza que el tiempo no deteriora.

Una vez dijo, respondiendo a la pregunta de porqué realizaba tantas películas románticas: “Cada momento de nuestra vida está relacionado con lo que sucede con tu pareja, tu marido, tu novia, porque son personas que nos importan. Siempre estoy aprendiendo algo al respecto. Siempre me resulta fascinante explorar ese territorio” afirmó.
Haciendo uso impecable de la técnica del  flashback, que redimensiona la historia haciéndonos ir y venir al pasado (o de modo más exacto al recuerdo de ese pasado) de nuestro protagonista, Intersección es un film muy rescatable entre tantas cintas “de amor” que se llevaron a cabo en los 90. Con elementos poéticas, como el tiempo representado en un reloj, metáfora perfecta de la vida adulta que siempre “va en ascenso” como escribió Javier Marías, aunque nos percatemos de ello la mayoría de las veces desafortunadamente muy tarde.
Calificación: 9/10