Cada vez son más los niños que padecen de alergias e intolerancias, uno de los ejemplos es el caso de la intolerancia a la lactosa, que ha aumentado considerablemente en la última década. Intolerancia a la lactosa síntomas en niños y como conocer si se padece es lo que vamos a ver en el post.
Intolerancia a la lactosa síntomas.
La intolerancia a la lactosa es una enfermedad que no es nada fácil de detectar, a pesar de la claridad de los síntomas, veamos cuales son los síntomas más comunes dentro de la intolerancia a la lactosa en los niños.
Dentro de los intolerantes a la lactosa podemos encontrar diferentes grados, con lo que los síntomas que padecerá cada niño pueden variar enormemente en la intensidad.
Además es una afección que puede estar latente pero de una forma suave, y con el tiempo de un momento a otro, ser mucho más intensa.
Síntomas en niños.
Veamos los síntomas más comunes dentro de la afección:
- Gases. Las moléculas de lactosa, al no haber sido sintetizadas en el intestino, llegan intestino grueso, convirtiéndose en pasto para las bacterias que allí residen. Al dividirse producen gran cantidad de gases.
- Dolores en el abdomen, provocado por espasmos en el intestino del niño.
- Vómitos.
- Diarrea.
- Escozor al defecar.
En los niños también podemos pensar que puede tener intolerancia a la lactosa, si no coge peso, o si está bajo de defensas en los análisis, si tiene anemia…
Lo normal en la intolerancia a la lactosa es que los síntomas remitan en cuanto hayamos expulsado la lactosa de nuestro intestino, ya que es la causante del mal estar.
¿Como saber si eres intolerante a la lactosa?
Hay una serie de pruebas médicas que se encargan de medir los niveles de lactasa de los niños, aunque en verdad no hay ninguna prueba que te confirme al 100% que las molestias que está padeciendo el niño sea por la intolerancia a la lactosa.
Antes de someterle a estas pruebas como el “test del hidrógeno espirado” o el “test de tolerancia a la lactosa” debemos analizar al niño, su dieta y sus reacciones.
Debemos tener en cuenta que hay muchísimos más alimentos de los que pensamos que pueden tener lactosa entre sus ingredientes, algunos casos curiosos que seguro nos llaman la atención son:
- La margarina natural.
- El embutido de bolsa, suele tener lactosa, excepto el jamón serrano y el lomo.
- Puré de patata.
Debemos apuntar en una libreta todo lo que come el niño, el día y la hora. En otra hoja apuntaremos todos los síntomas que va teniendo el niño.
Después de una semana es hora de cotejar y ver que alimentos nos han podido hacer daño y cuanto habrían tardado en afectar al intestino del niño.
No todos los alimentos afectan con la misma rapidez, por ejemplo un vaso de leche tendrá los síntomas más rápido que si tomamos una pizza, la cual tardará más en llegar y en ser digerida.