Introducción a la evolución de la
fotosíntesis
Acostumbrados
estamos, tal como aparecen los ecosistemas modernos, a pensar en los organismos
fotosíntetizadores como la base de los ecosistemas, y de hecho lo son para la
actualidad.
Si la creación de los seres vivos obedeciera a la lógica del
ingeniero los fotosíntetizadores serían los primeros en aparecer, pero la
cuestión no es tan fácil.
La
fotosíntesis como tal requiere de proteínas especializadas y bastante complejas
para poder ocurrir, un caso especial es precisamente la ATP sintetasa, complejo
de proteínas que es vital en cualquier fotosíntesis.
Sin
embargo, los seres vivos poseían dos cuestiones fundamentales que nos permiten
obviar el problema de la complejidad integrada en sus inicios, estos son: la
quimiolitotrofía y la fosforilación a partir de sustrato.
Los
minerales inorgánicos pueden sustentar a una amplia variedad de bacterias, y la
fosforilación a partir de sustrato permite generar ATP independientemente a una
ATP sintetasa.
Ahora,
¿de dónde surgían las proteínas necesarias para la fotosíntesis en primera
instancia?, nuevamente la respuesta debe ser empleadas en canales iónicos que
transportan ya sea activamente o de manera facilitada a los iones hidronio “que
en los libros de texto de biología y en las animaciones recibe el nombre de
protones” de un lado hacia el otro de una membrana biológica.
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