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Introspección táctica: Claudio Borghi

Publicado el 15 febrero 2012 por Marianofusco

Introspección táctica: Claudio Borghi

Claudio Borghi no fue un jugador normal y tampoco lo es como entrenador. La rebeldía, la actitud pero las convicciones firmes y claras lo acompañaron a lo largo de su vida.

Sus comienzos:

Como Maradona, con quien fue comparado durante mucho tiempo, comenzó en Argentinos. Lo buscó Pekerman, Yudica lo puso en Primera y comenzó desde temprano a hacer brillar la nueve del Bicho, aunque con intermitencias. Vivió sus mejores épocas al comienzo de su carrera que se fue diluyendo inversamente proporcional a la Diego Armando. Obtuvo el Metro 84, el Nacional 85, Libertadores 85, Interamericana 86 y la rompió vs. Juventus en la final de la Intercontinental 86, aunque no fue suficiente.

Luego de salir campeón del mundo con la selección en México 86el Milan lo incorporó. En el equipo dirigido por Bilardo era suplente aunque disputó tres partidos. En total su paso por la selección sumó nueve partidos internacionales aunque siendo parte del trofeo más importante. En el Rossonero, en cambio, no jugó ni un minuto por decisión del nuevo DT Arrigo Sacchi y comenzó un periplo de doce equipos y varios países.

Cambios permanentes:

Como (Italia), Neuchatel (Suiza), River, Flamengo (Brasil), Independiente, Unión y Huracán fueron sus siguientes clubes en apenas cinco años. Sus pasos fueron variados aunque en ninguno dejó una huella y sólo cosechó la Copa Brasil con el Fla.

En 1992 comenzó su carrera en Chile donde adoptó una nacionalidad (“soy 50% chileno, 50% argentino) y hasta formó una familia. El Colo Colo lo incorporó con bombos y platillos y ganó la Interamericana y la Recopa en apenas un año. Tras un paréntesis en México (Correcaminos) y Argentina (Platense) retornó al país trasandino y jugó sus últimos tres años allí. Audax Italiano y Santiago Wanderers fueron sus últimos clubes. Se retiró en 1998 con 34 años y algunos kilos de más.

Introspección táctica: Claudio Borghi

Su estilo:

Como jugador era un distinto. Habilidoso, desfachatado, de una calidad insuperable que lo acompañó hasta su retiro, podía ser enganche o mediapunta. Bohemio, algo indisciplinado, a su mal perfil zurdo le inventó la rabona aunque tuviera que asumir los riesgos de fallar.

Sincero, transparente se caracteriza por su tranquilidad, incluso en el banco de suplentes, zona de catarsis para otros. Se define como un rebelde de la vida, un “tipo raro, no hago lo que la gente espera”. Le tiene fobia a los aviones y busca todos los medios para evitarlos, aunque su cuentakilómetros marque más de lo habitual.

Para él, el mejor entrenador es Carlos Bianchi aunque nunca lo tuvo. Valora más a Menotti (“un tipo muy sabio”) que a Bilardo, le guarda bronca a Sacchi por desecharlo en el Milan y marca que hay muchos entrenadores que se creen buenos por salir campeones pero que no saben nada.

Como entrenador:

Comenzó su carrera como entrenador en el fútbol universitario chileno con varios títulos ganados, aunque rápidamente lo buscó Audax Italiano en el 2002 y tuvo un primer año regular en el que no llegó a las instancias finales de los play-off. Luego de algunos años sin trabajar, en 2006 Colo Colo le dio una nueva oportunidad y se comenzó a gestar un extraordinario técnico.

En ese período, el Cacique tuvo un crecimiento abismal y salió campeón de los cuatro torneos disputados entre 2006 y 2007. Además, llegó a la final de la Sudamericana aunque trágicamente la perdió por penales con el Pachuca en condición de local. A nivel internacional el club volvió a ser temido, la selección se basó en el once del Bichi y se vendieron jugadores a Europa en gran nivel. Alexis Sánchez, Suazo, Jorquera, Matías Fernández, Valdivia, Lucas Barrios, Sanhueza, Fierro son algunos de los que se destaparon con el entrenador en diferentes momentos de su gestión. En 2006 fue elegido el mejor entrenador de América.

En 2008 Borghi cerró la puerta de los Albos y viajó a Argentina para continuar con su trayectoria. Independiente fue su conejillo de indias con resultados poco esperados. Un club desvastado y con constantes problemas lo privaron de una pretemporada, de poder elegir sus propios jugadores y de tener el tiempo suficiente como para implementar su idea. Duró apenas 17 partidos con cuatro triunfos aunque su frase despedida “muerto el perro, muerta la rabia” lejos estuvo de cumplirse por Avellaneda.

Meses después, Argentinos, su segunda casa lo contrató para salvarlo del descenso. El comienzo fue duro y en medio de un torneo, pero con una pretemporada en Chile en la que sufrió la venta de Hauche y meses de preparación, superó ampliamente las expectativas. Se consagró campeón con un equipo que lejos estaba de ser candidato y no sólo eso, sino que tuvo fútbol de alto nivel. Jugadores como Caruzzo, Ortigoza, Mercier, Ismael Sosa parecieron encontrar el lugar exacto como Calderón, quien postergó su retiro para salir campeón con el Bicho.

Introspección táctica: Claudio Borghi

El 3-4-1-2 fue el sello distintivo de un equipo que se sobrepuso a las dificultades y a pelear desde atrás en las posiciones y en el marcador de algunos partidos (San Lorenzo, Independiente). Su título fue insoslayable, a tal punto que Boca se interesó en el DT y Claudio, ya conformado con el título viajó a La Ribera.

En Boca todo le costó el doble, con un equipo desequilibrado, un vestuario dividido, un Riquelme lesionado y la poca tolerancia que generan los clubes grandes. Pareció quedarle grande el cargo y se fue tras perder con River en la fecha 14. Al igual que en el Rojo se convirtió en un entrenador más que fracasaba en la larga lista (Boca a esa altura tuvo cinco técnicos en dos años).

Pero como el fútbol da revancha, meses después de renunciar a Boca, la selección chilena decidió que sea el reemplazante de Marcelo Bielsa. Justo del Loco, con quienes tienen mucho en común (aunque lo niegan) y la relación había sido complicado los años anteriores. Aun padece a las “viudas de Bielsa” y sufre críticas por parte de la prensa, pero desde su modo acompaña al crecimiento del fútbol trasandino.

En su primer certamen como seleccionador tuvo una excelente primera fase de Copa América pero se quedó eliminado en manos de Venezuela sin merecerlo. El comienzo de las Eliminatorias fue con un duro traspié 1-4 ante Argentina en el Monumental, y una inestabilidad que se mantiene con dos triunfos menores y una derrota ante Uruguay. El escándalo ocurrió cuando algunos jugadores se pasaron de copas y llegaron al entrenamiento tarde, situación que el entrenador resolvió marginando a los implicados.

Introspección táctica: Claudio Borghi

Su estilo como entrenador:

No es un obsesivo ni analista furtivo de rivales (mira partidos en una tele chica y sin volumen). Le importa lo que hagan los suyos y no le tiene miedo al ridículo en materia futbolística. Prefiere perder ante un rival mejor mostrando sus armas que traicionando su filosofía tomando recaudos.

El doble cinco y el enganche son las piedras filosfales de un esquema que cuando está aceitado parece imparable. Mauricio Isla y Jean Beausejour cumplen el mismo rol que con Bielsa por las bandas y desde allí surgen las diferencias. Resulta vistoso ver a los equipos de Borghi, aunque es habitual que sus equipos sufran por estar mal parados en defensa.

Detesta los entrenamientos a puertas cerradas, niega a la pelota parada y las jugadas de laboratorio. Defiende a sus jugadores en las buenas y en las malas, en las charlas técnicas busca fortalecer a los suyos, dice que muchos hablan de fútbol sin saber y que él jamás dirá “hay que ganar sí o sí”.

Diferente, particular, verborrágico de frases memorables, Claudio Borghi es un personaje atractivo en el mundillo fútbol con mucho jugo por exprimir y descubrir en sus equipos.


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