Introspección táctica: José “Pepe” Romero

José Pepe Romero es otro de los Ferguson argentinos con raíces del ascenso. Habiendo pasado por Blas Armando Giunta (el único que lo supera en tiempo), lo del entrenador de All Boys es sumamente meritorio habiéndose cumplido cinco años de su asunción la semana pasada.

Su larga relación con All Boys

Actualmente el Albo está en Primera y ha escalado tres categorías desde que Pepe está en el banco de suplentes. La relación con el club es larga, ya que en el 72 en el primer ascenso a primera profesionalmente del club, Romero era integrante de ese plantel.

Volante ofensivo, diez a la antigua, debutó en el 67 en la Primera del club y permaneció hasta 1975 cuando una hernia de disco lo tuvo a mal traer. Probó suerte en Temperley, Almagro y Almirante Brown aunque cada vez con menor continuidad hasta que se retiró definitivamente en 1981.

Como entrenador

En 1985 terminó el curso de entrenador aunque jamás hubiera imaginado ser quien es actualmente. Trabajó con preceptor en un colegio y tenía poco espacio en el club de Floresta. Pero las oportunidades fueron apareciendo y llegaron de golpe. Comenzó en Inferiores, pasó por Estudiantes de Caseros en el que llegó a dirigir la Primera, volvió a Floresta (2002) como entrenador de la Reserva hasta que Caruso Lombardi se fue y él tomó las riendas del club.

En 2006 en su primer torneo, apenas logró entrar al Reducido. Un año después obtuvo el Ascenso a la B Nacional con 85 puntos, 15 más que el segundo y un nivel de juego destacable para la categoría. Lejos de sufrir problemas de adaptación terminó noveno en su debut en la B Nacional y un año después disputó la Promoción que lo llevaría a ascender a Primera tras imponerse frente a Rosario Central en el mítico Gigante de Arroyito por tres a cero.

El retorno a Primera

El regreso a Primera significó un cimbronazo importante en la historia del club en lo que él la considera “la mayor alegría de la historia”. Surgieron algunos inconvenientes en el armado del plantel, ya que por ejemplo, Zárate y Pérez García, con grandes chances de irse se quedaron y pelearon un puesto con Grazzini, refuerzo especialmente pedido. La apuesta por intentar recomponer a Fabbiani y a Ortega seis meses después también terminó siendo perjudicial.

En su primer torneo, All Boys sumó 26 puntos y en el Clausura se salvó en la anteúltima fecha. Actualmente y tras un flojo comienzo del Clausura 2012 se encuentra en los puestos cercanos a la Promoción.

Su estilo

Romero en medio de un entrenamiento

Romero no es un fundamentalista de la táctica. Prioriza la línea de cuatro y la tenencia de un enganche. Prácticamente no varía del 4-3-1-2 y busca un diez con todas las letras, es decir, no se conforma con improvisados en el lugar. Esto lo lleva desde su insistencia por el Chino Zárate, hasta estos días por un Martín Morel lejos de su nivel. Además se deshace en elogios por Riquelme: “Me encanta Riquelme, un talento natural que se destaca apenas toma contacto con la pelota.”

Otro factor fundamental en la consideración del entrenador es la experiencia de los jugadores. No es casualidad que Nicolás Cambiasso, Eduardo Domínguez, Fernando Sánchez, Darío Stefanatto, Cristian Vella, Juan Pablo Rodríguez, Hugo Barrientos, Mario Vieytes y Mauro Matos sean piezas fundamentales de sus últimos equipos. Pareciera como que su mensaje llega mejor a jugadores crecidos, ya que decide apostar poco a los jugadores de Inferiores o incorporaciones con vistas a futuro.

Su fórmula

Creyente y asiduo visitante de las iglesias de Lourdes y Luján, tiene cábalas que se olvida de cumplir. Para él no hay secretos: “Para ser técnico hay que saber un montón de cosas, conductor un grupo, plasmarlo en la cancha, dirigir y observar bien los entrenamientos, saber elegir, poner jugadores, cómo y cuando hacer los cambios. Hay que estar muy bien preparado para eso.”

Entre la calculadora y las enormes planillas que completa para repasar las pelotas paradas, Romero intenta mantener en pie a quien él mismo ha erigido. Cercano a Bugallo, presidente del club, espera poder soplar las 61 velitas en noviembre con All Boys en primera. Por las dudas y fiel a su estilo humilde aclara: “Ídolo no. Yo me siento un integrante más de esta familia”.