Introspección táctica: Luis Zubeldía

Luego de una semana entre nubarrones, Racing pudo asomar la cabeza a tierra nuevamente. Atrás quedaron Teófilo Gutiérrez, Claudio Yacob y Alfio Basile. El encargado de rearmar las piezas y levantar el ánimo de un equipo recibido con muletas y silbidos, fue -y es- Luis Zubeldía.

Una carrera corta

Zubeldía tiene apenas 31 años y una trayectoria de futbolista que duró menos de lo pensado por una osteocondritis en su rodilla izquierda. José Pekerman lo descubrió jugando en La Pampa y lo llamó para los Sub-17 y Sub-20. En este segundo equipo, llegó a obtener el título mundial 2001 disputado en Buenos Aires, que consagró a D?Alessandro, Saviola, el Chori Domínguez, entre otros.

El 30 de octubre de 1998 debutó en su club de siempre, Lanús, al que perteneció hasta 2004 cuando con 23 años, 57 partidos y 3 goles, decidió su retiro definitivo. Como logro personal, a los 19 años Miguel Ángel Russo lo eligió como capitán del equipo.

Comienzos desde afuera

A los pocos días del retiro, los dirigentes del Grana le ofrecieron ser ayudante de campo de Carlos Ramaccioti, entrenador de ese momento. Apenas tenía experiencia de visualizador de rivales cuando Miguel Brindisi le había pedido una mano. Rechazó la propuesta y pidió pagar el derecho de piso como todos. Sus primeros años fueron, entonces, como ayudante en la Quinta y Sexta. Mientras cursaba Periodismo Deportivo.

En noviembre de 2005, Néstor Pipo Gorosito renunció a la dirección técnica de la Primera y la dirigencia de Lanús, dio lugar a un proyecto que aun resulta redituable. Contrataron a Ramón Cabrero, secundado por el joven Zubeldía como ayudante-nexo entre los jugadores y el entrenador. A los dos años, obtuvieron el primer título en la historia grande de Lanús. Valeri, Sand, Lautaro Acosta, Pelletieri, fueron algunos de los primeros diamantes que disputaron el torneo consagratorio de 2007.

Como entrenador

El 10 de agosto de 2008 se convirtió en el entrenador más joven del fútbol argentino con apenas 27 años debutando ante Racing con un triunfo por 2-0. En su primer torneo, terminó a dos puntos del campeón. En Lanús dirigió cinco certámenes; siempre terminó arriba de mitad de tabla, rescató un tercer puesto, se acostumbró a disputar torneos internacionales y sobretodo, dio continuación al proyecto a grandes pasos. Las ventas de Salvio y Sebastián Blanco fueron las más destacadas, convirtiendo a un club de barrio en un club for export.

Sus comienzos

En junio de 2011, seis meses después de su salida de Lanús por malos resultados, asumió en el Barcelona de Guayaquil. En el medio había quedado la ida trunca al Almería español. La cosecha de sus nueve meses en Ecuador fue de 18 triunfos, 8 empates y 7 derrotas. Su renuncia se dio hace pocos días, antes de asumir en Racing cuando discutió con el presidente Noboa, quien lo acusó de defensivo. Otras fuentes aseguran que Lucho tenía un acuerdo de palabra con la Academia.

Su estilo

Obsesivo de la táctica y de los videos, está en todos los detalles. La estética no es su debilidad y no le teme a modificar en pos de un resultado. Defensor acérrimo de los grupos humanos sobre todas las cosas, trabaja con un psicólogo amigo (Marcelo Roffé), lee libros de liderazgo y habla cara a cara y en grupo con todos los jugadores asiduamente. El respeto que exterioriza, es el mismo que -según él- le permite hacer lo que hace pese a su joven edad.

Con su grupo de trabajo se junta antes de todos los entrenamientos, se reparten las tareas y hasta hablan de cómo andan. Además de los preparadores físicos, ayudantes y entrenadores de arqueros colaboran con él un Editor y un especialista de la plataforma Datadistic, ambos relacionados al aspecto tecnológico.

De Cabrero tiene los mejores recuerdos: “me formaba permanentemente, quería que sea más que un ayudante”. Con Ramón daba parte de las charlas técnicas, especificado en la pizarra y los datos del rival. Tal vez aprendiendo de su experiencia, en Lanús tenía como parte del cuerpo técnico a un joven de 19 años que había quedado libre por una lesión.

Para las prácticas utiliza -habitualmente- sparrings y los divide en dos turnos. “Es el doble de trabajo, pero lo hago con gusto”. Constan de cuatro partes: técnica, táctica, mental y física, de todos modos, hace ejercicios integrales. Fanático de la preparación de los entrenamientos, declara: “Hay metodologías, a mí me gusta crearlas”.

Si el principal problema de Racing era de vestuario, no hay dudas que ha tomado una gran decisión llamando a Zubeldía. Cultor del perfil bajo, no es casualidad que en “Su estilo” se destaca mucho más su calidad humana que futbolística. El desafío principal para el propio entrenador es demostrar que no es apenas un engranaje del laboratorio Lanús y desarollar a pleno sus virtudes en esta nueva campaña.