Me gusta tomarme un medio de montilla en una taberna de Córdoba, me gusta pasearme un domingo de sol por La Corredera, me gustan los arroyos de la Sierra en primavera, me gusta estar en un cine de verano y comer altramuces.
Me gusta estar a obscuras en mi azotea y ver las estelas de los aviones que van a ciudades y países desconocidos, los albaricoques maduros, los mercados de frutas y verduras, bañarme de noche desnudo en el mar, las obras de teatro desacreditadas de Federico, las canciones de Aute y Silvio Rodríguez , las playas del Sur de Mallorca, Es Trenc, Es Cargol…
Los espetos de sardinas en un chiringuito de Los Boliches, los teatros griegos en ruinas, tomarme un café irlandés en la terraza de un puerto, aun sabiendo que no dormiré en toda la noche y el discurso de Neruda cuando recibió el premio Nobel.
Me gustan el melón y la sandía. El verano, los atardeceres junto al mar, me gustan las reuniones con mis compañeros de curso, mi gato Veletta, Andalucía, Alberti, El Puerto, el Patio de los Naranjos de la Mezquita de Córdoba y el azahar de abril.
No me gustan los políticos corruptos, tipo PP, los mítines y las entrevistas a Rajoy, las gambas a la plancha rebosantes de grasa, los “patriotas” con cuentas offshore en Suiza o Panamá, la Legión (y su cabra), las Coronas, los Reyes y las Reinas, las cacerías de elefantes, los coronillas, los beatos, las beatas y los fascistas de mierda.
No me gustan las tómbolas y los mercadillos de Adevida, las rifas, megáfono en mano, de muñecos de peluche, los que rezan a gritos en la calle en procesiones de “silencio”, los monumentos funerarios a militares genocidas, los tricornios, Manolo el del Bombo y los que se ponen monteras en los partidos de fútbol de la selección, los admiradores de Fraga y de Franco.
No me gustan los telediarios de TVE, los de Canal Sur y los de Antena 3. Inda, Marhuenda y la madre que los parió. “Sálvame” y la gente que se “entretiene” con Telecinco. Los “restaurantes” de carretera que sólo tienen pollo y conejo. Los “ultras”, en el fútbol y en la política. No me gustan ni “Felipe”, ni la “Felipona” de Triana. Los que fuman en lugares cerrados y quizás también los que lo hacen en los espacios abiertos.
No me gusta esa Europa de mierda que no respeta los derechos humanos, ni los tratados que ella misma suscribe o genera. No me gusta la OTAN, los gobernantes y políticos europeos, el euro, los neocoms y los neozasis. Los obispos, los curas, los cardenales y los pederastas. Los robos de monumentos públicos y las inmatriculaciones.
No me gusta el obispo de Córdoba. No me gusta Rajoy.
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