Es verdad. Mucha gente no sabe que existe un libro, llamado El factor humano, en el que se inspira la película. Y los que lo saben, deberían olvidarlo antes de sentarse en la butaca del cine. Invictus sólo trata una parte muy concreta de la narración de John Carlin, probablemente la única que era adaptable. Los que lean, comprenderán mucho más, y los que vean, es posible que experimenten una emoción mayor. Porque escenas como el partido de rugby con los niños o la Gran Final, están rodadas de una manera que inevitablemente altera el estado de ánimo.
Un amigo mío me preguntó, después de ver esta película, que dónde se había dejado Clint Eastwood a su director de fotografía. ¿Sabéis? Creo que tiene bastante razón, pero en mi humilde opinión, el protagonista en Mandela (genialmente interpretado por Morgan Freeman) y al gran Nelson, sólo con oírle hablar, ya se te abre el corazón.