Así que ya es el día y la hora, pisamos suelo firme y os presento la propuesta que he elegido esta vez: Iris potato candy.
Sí, ya lo sé, me lo imagino ... A más de una os habrá pasado como a mí la primera vez que ví esta receta y no tardé en traducirla ni medio segundo ¿un caramelo de patata?
jajajaaa, pues no. Vamos que ni siquiera lleva patata entre sus ingredientes actualmente. Este nombre se debe a la forma y el color que tiene este dulce, muy similar al de una patata. Pero os sigo contando un poco más de su historia y origen.
Aunque su origen es irlandés, no se "ingenió" precisamente en Irlanda, sino de los irlandeses que tuvieron que emigrar y se establecieron en Philadelphia. Durante la Gran Hambruna que vivieron en Irlanda debido a la gran escasez de alimentos entre ellos la patata y la imposibilidad de su cultivo, muchos irlandeses emigraron a esta zona de Estados Unidos. Y sustituyeron la patata por otro ingrediente que podían tener más abasto y fácil de manejar.
Es un dulce típico y que no puede faltar en Saint Patrick's day, que se celebra el 17 de marzo, donde se tiñe todo de color verde.
Montamos el queso con la mantequilla a temperatura ambiente con las varillas eléctricas. Vamos incorporando el azúcar glass poco a poco sin dejar de montar. Incorporamos el coco rallado con una lengueta de silicona y la cucharadita de extracto de vainilla hasta que quede todo unido.
Ir cogiendo porciones de la masa e ir dándole forma de "patata" pequeña (tamaño bocado individual) (aunque a mí me ha quedado con forma de mini croqueta, aggggggggg). Una vez hechas todas las "patatas", ir pasando por un plato con canela para rebozarlas. Dejarlas todas en una bandeja y meter en la nevera durante una hora y media para que coja consistencia.
Se puede adornar con algún piñón, clavándolo en la masa, a modo de raiz para darle más veracidad a las patatas.