Revista Cine
IRON
MAN 3
Título Original: Iron Man 3 Director: Shane BlackGuión: Drew Pearce, Shane Black Música:Bryan TylerFotografía: John Toll Intérpretes: Robert Downey Jr., Ben Kingsley, Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Guy Pearce, Rebecca Hall, James Badge Dale, Stephanie Szostak Distribuidora: Walt DisneyFecha de Estreno: 26/04/2013
Tras la grata sorpresa que supusieron Los Vengadores, había ganas de ver la tercera parte de Iron Man. Si bien la secuela había dejado un poco que desear, dado que el enfoque había cambiado hacia la pirotecnia y la sobrecarga de detalles y personajes, aún se esperaba que el Tony Stark que nos conquistó en 2008 resurgiera con fuerza.
Pues los ruegos han sido escuchados y se puede decir que el nivel de Iron Man 3 se acerca más la primera que a su secuela (sin llegar del todo a éste, y, desde luego, no al nivel de Los Vengadores), siguiendo la estela del blockbuster ruidoso, pero con una mejor historia, mejor villano, buenos detalles, y con cierta chispa tanto en los personajes principales como en los secundarios.
En esta nueva entrega, Tony Stark deberá enfrentarse al misterioso Mandarín, que descoloca su mundo personal, y deberá recurrir a su instinto e ingenio apara salir airoso y proteger a sus más allegados.
Centrándonos en los personajes, Tony Stark sigue en su salsa de pasota y carismático superhéroe, quizás el tema de las jaquecas quede un tanto rocambolesco, pero Robert Downey Jr. Auqnue no aporte nada nuevo a lo ya visto en las otras dos, sabe cumplir lo que se espera de él. Eso sí, debe tener cuidado o acabará pasándole lo que al Jack Sparrow de Piratas del Caribe y se convertirá en una caricatura de sí mismo. El Mandarín consigue lo que se espera de él, un villano que destaque y sepa estar a la altura del superhéroe, y sin duda es de los que se recordará una vez acabada la película. Ben Kingsley sabe hacerlo suyo el personaje y seguramente aporte el que sea el mejor villano de la saga Iron Man (hasta la fecha). Pepper cobrará mayor importancia en esta entrega, y Guy Pearce y James Badge Dale completan el reparto destacado con sendos personajes bastante interesantes.
Otro de los aspectos que hacen destacar esta tercera entrega es la historia. La motivación del villano se siente más creíble y realista que las anteriores, y cierto giro argumental tiene gran parte de culpa en esto, un giro que queda bastante natural, en contra de aquellos pretenciosamente sorpresivos pero poco congruentes en su trama. Todo un acierto.
También volvemos a ver un Stark que, en buena parte del metraje, se despoja del traje y tira de su inventiva como en la primera entrega, donde el ciudadano de a pie le será de gran ayuda. Pero los amantes de las explosiones y demás efectos especiales ruidosos que no se asusten, también tenemos su buena dosis, amén de escenas adrenalíticas como la del avión o la batalla final.
Si es cierto que el guión tiene ciertas lagunas argumentales de hechos que no se explican convincentemente o de los que directamente nos faltaría más información, aparte de las típicas sobradas de este tipo de producciones, pero no logran empañar la sensación de que las dos horas y diez minutos que dura pasan rápidas y a buen ritmo, nunca se siente pesada ni escenas que sobren, lo cual no es siempre fácil de conseguir, por lo que puede decirse que Shane Black aprueba solventemente (el cual, por cierto, ya sabía lo que era trabajar con Downey Jr. En su opera prima Kiss Kiss Bang Bang) en la dirección. Lo que no saben muchos es que Shane Black es ya un curtido escritor en el género de acción, contando en su haber guiones de la saga Arma Letal, El último Boy Scout o El último gran héroe, y aquí demuestra una vez más que sabe lo que se hace, combinando acción con su toque humorístico característico.
Con películas como ésta, uno puede ir al cine sin miedo a que su dinero no sea bien invertido, sabiendo que la diversión y disfrute van prácticamente garantizados para la mayoría de su público. Y películas como estas son las que suelen unificar a casi todos los elementos: taquilla, críticos y público, quedando satisfechos todos en su parte correspondiente. Y es que, pese a que no deja de ser un blockbuster buscando pegar el taquillazo, al menos cumple el nivel exigible para que el espectador no sienta que le toman el pelo.
Y al finalizar, no salgan corriendo de la sala, o se perderán la escena tras créditos, como es ya habitual en las películas de la Marvel.
Título Original: Iron Man 3 Director: Shane BlackGuión: Drew Pearce, Shane Black Música:Bryan TylerFotografía: John Toll Intérpretes: Robert Downey Jr., Ben Kingsley, Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Guy Pearce, Rebecca Hall, James Badge Dale, Stephanie Szostak Distribuidora: Walt DisneyFecha de Estreno: 26/04/2013
Tras la grata sorpresa que supusieron Los Vengadores, había ganas de ver la tercera parte de Iron Man. Si bien la secuela había dejado un poco que desear, dado que el enfoque había cambiado hacia la pirotecnia y la sobrecarga de detalles y personajes, aún se esperaba que el Tony Stark que nos conquistó en 2008 resurgiera con fuerza.
Pues los ruegos han sido escuchados y se puede decir que el nivel de Iron Man 3 se acerca más la primera que a su secuela (sin llegar del todo a éste, y, desde luego, no al nivel de Los Vengadores), siguiendo la estela del blockbuster ruidoso, pero con una mejor historia, mejor villano, buenos detalles, y con cierta chispa tanto en los personajes principales como en los secundarios.
En esta nueva entrega, Tony Stark deberá enfrentarse al misterioso Mandarín, que descoloca su mundo personal, y deberá recurrir a su instinto e ingenio apara salir airoso y proteger a sus más allegados.
Centrándonos en los personajes, Tony Stark sigue en su salsa de pasota y carismático superhéroe, quizás el tema de las jaquecas quede un tanto rocambolesco, pero Robert Downey Jr. Auqnue no aporte nada nuevo a lo ya visto en las otras dos, sabe cumplir lo que se espera de él. Eso sí, debe tener cuidado o acabará pasándole lo que al Jack Sparrow de Piratas del Caribe y se convertirá en una caricatura de sí mismo. El Mandarín consigue lo que se espera de él, un villano que destaque y sepa estar a la altura del superhéroe, y sin duda es de los que se recordará una vez acabada la película. Ben Kingsley sabe hacerlo suyo el personaje y seguramente aporte el que sea el mejor villano de la saga Iron Man (hasta la fecha). Pepper cobrará mayor importancia en esta entrega, y Guy Pearce y James Badge Dale completan el reparto destacado con sendos personajes bastante interesantes.
Otro de los aspectos que hacen destacar esta tercera entrega es la historia. La motivación del villano se siente más creíble y realista que las anteriores, y cierto giro argumental tiene gran parte de culpa en esto, un giro que queda bastante natural, en contra de aquellos pretenciosamente sorpresivos pero poco congruentes en su trama. Todo un acierto.
También volvemos a ver un Stark que, en buena parte del metraje, se despoja del traje y tira de su inventiva como en la primera entrega, donde el ciudadano de a pie le será de gran ayuda. Pero los amantes de las explosiones y demás efectos especiales ruidosos que no se asusten, también tenemos su buena dosis, amén de escenas adrenalíticas como la del avión o la batalla final.
Si es cierto que el guión tiene ciertas lagunas argumentales de hechos que no se explican convincentemente o de los que directamente nos faltaría más información, aparte de las típicas sobradas de este tipo de producciones, pero no logran empañar la sensación de que las dos horas y diez minutos que dura pasan rápidas y a buen ritmo, nunca se siente pesada ni escenas que sobren, lo cual no es siempre fácil de conseguir, por lo que puede decirse que Shane Black aprueba solventemente (el cual, por cierto, ya sabía lo que era trabajar con Downey Jr. En su opera prima Kiss Kiss Bang Bang) en la dirección. Lo que no saben muchos es que Shane Black es ya un curtido escritor en el género de acción, contando en su haber guiones de la saga Arma Letal, El último Boy Scout o El último gran héroe, y aquí demuestra una vez más que sabe lo que se hace, combinando acción con su toque humorístico característico.
Con películas como ésta, uno puede ir al cine sin miedo a que su dinero no sea bien invertido, sabiendo que la diversión y disfrute van prácticamente garantizados para la mayoría de su público. Y películas como estas son las que suelen unificar a casi todos los elementos: taquilla, críticos y público, quedando satisfechos todos en su parte correspondiente. Y es que, pese a que no deja de ser un blockbuster buscando pegar el taquillazo, al menos cumple el nivel exigible para que el espectador no sienta que le toman el pelo.
Y al finalizar, no salgan corriendo de la sala, o se perderán la escena tras créditos, como es ya habitual en las películas de la Marvel.