Isla de Pascua, el misterio del Pacífico

Formada por la conjunción de tres volcanes, en el mismo corazón del océano Pacífico, la Isla de Pascua encierra tanta belleza como misterio en sus pocos kilómetros de extensión. Mundialmente admirada por las enigmáticas esculturas de los moáis, la también conocida como Rapa Nui es un destino perfecto para todo aquel que quiera conocer el legado de las culturas que habitaron la isla hace siglos, y que sigue estando muy vivo en ella.

Los hemos visto cientos de veces, en películas, documentales o fotografías. Los moáis ("escultura" en el idioma rapanui) representan a grandes figuras con aspecto humano, de cabezas muy desarolladas, mentones pronunciados, y una visión general imponente. Son más de seiscientos, repartidos por toda la isla, todos muy parecidos entre sí. Dicen que pudo haber muchísimos más, pero que fueron derribados o destruidos por los propios rapanui poco después de ser construidos.

Se desconoce el origen de estas imponentes estatuas. Unos dicen que representan a los antepasados difuntos de los rapa nui. Otros aseguran que son representaciones de los dioses de la rica mitología ancestral de la isla. Los más osados apuntan a que estos gigantes de piedra son en realidad los retratos de seres de otros mundos más allá del nuestro, que visitaron la isla hace siglos. Puede parecer descabellado, pero uno de los  nombres originales de la Isla de Pascua es Mata ki te rangi, que en rapanui significa "ojos que miran a los cielos".

Gracias a estos moáis, la Isla de Pascua ha obtenido una repercusión mundial, pero no son el único atractivo que tiene. La isla en sí está considerada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y en ella se encuentra el Parque Nacional de Rapa Nui, un enclave de extraordinaria belleza exótica, que es administrado por el Gobierno de Chile, país al que pertenece la isla.

El origen volcánico de la isla sigue muy presente en toda su extensión. Podemos visitar los valles y lagunas cercanos a sus tres grandes volcanes, o maravillarnos con las cuevas y formas que ha excavado la lava a lo largo de los siglos en el interior de la isla. Todo en un entorno natural maravillosamente conservado, en el que disfrutaremos de las exóticas especies de fauna y flora presentes en la isla, muchas de ellas exclusivas de ese territorio.

Por supuesto, la isla también tiene su parte "moderna". La ciudad de Hanga Roa es su capital y practicamente el único núcleo de población de la isla, donde viven poco más de 5.000 personas, sin contar a los turistas claro. En la capital podremos encontrar todo tipo de comercios, tiendas y restaurantes, si bien es cierto que es una población pequeña y debemos ser conscientes de que no estamos en una gran ciudad europea o americana, para bien y para mal.

En la isla encontraremos varios hoteles, hostales y sitios donde hospedarnos, siempre con la gran amabilidad de las gentes rapanui. La única forma de llegar hasta la isla es en avión, desde Santiago de Chile o desde Lima, en Perú, con la aerolínea LAN. El viaje es largo, pero sin duda la estancia en Rapa Nui merece mucho la pena.

La Isla de Pascua mantiene todavía muchas de sus tradiciones ancestrales rapanui, mezcladas con las más modernas procedentes sobre todo de Chile. Así, es muy llamativo ver como celebran la Semana Santa por ejemplo, o como su fiesta principal, que tiene lugar a principios de Febrero, mantiene los rituales que ya se hacían hace siglos en la isla, como las competiciones de pintura corporal, o los recitales de antiquísimas leyendas de la isla. Es la magia de visitar un lugar que parece mantenerse un poco al margen de todo lo que pasa en el resto del mundo.