Formentera es la más pequeña de las Islas Baleares. Al igual que Ibiza está poblada por una gran cantidad de pinos (en griego pitys), de ahí que a las dos islas se les llame desde la antigüedad Islas Pitiusas.
Turistas llegados de todo el mundo, visitan esta isla atraídos por sus increíbles playas, islotes, paisajes y la amabilidad de sus gentes. Pero Formentera es mucho más que playa y sol; es historia, es fauna y flora; es cultura y patrimonio, es gastronomía. Por todo ello es casi imprescindible hacerse con una scooter o un coche en www.formenteramotorent.com y así poder disfrutar del todo en este paraíso.
Las playas
Al norte de Formentera la playa de Ses Platgetes; de impresionantes azules. Los paseos por las dunas (si nos lo permite La Tramontana) y comer en Caló con sus tradicionales casitas de pescadores. Las cristalinas aguas de Llevant alejadas del bullicio y sus estanques salineros. En la de Ses Illetes, de blanca e inmaculada arena, nos encontramos ya en el Parque Natural de Las Salinas. Al abrigo de los vientos, Cala Saona; posiblemente la mejor puesta de sol de la isla. En el sur, en Migjorn y entre los dientes de sierra de los acantilados, decidirse entre Mal Pas, es Ca Marí, es Racó Fondo, es Codol Foradat, des Valencians, es Arenals, y es Copinar.
De La Savina a El Pilar de Mola
Conocer la La Savina es de obligado cumplimiento ya que es la única población de llegada y salida de la isla. Bien desde Ibiza o desde Denia, aquí es donde atracan todos los ferrys y barcos que no solo transportan a los turistas, también se ocupan de abastecer a los residentes. La actividad en el puerto es frenética, un puerto modernizado para la industria pesquera de Formentera y dos puertos deportivos. Como triste anécdota, recordar la fundación (1940) en esta población de la colonia penitenciaria Es Campament donde, en imperdonables condiciones higiénicas, fuero hacinados represaliados políticos de la dictadura franquista.
Si pasamos por es Pujols, rápidamente nos damos cuenta de que estamos en un lugar turístico de gran importancia, abundan los hoteles para todos los bolsillos, restaurantes, bares de copas, tiendas y boutiques
San Francisco Javier es la población más importante de la Isla y donde se encuentra el Consell. La capital de Formentera cuenta desde 1726 con un templo-fortaleza: la iglesia de San Francisco.
Pasado el que fuera destino hippie de Formentera, Sant Ferran de ses Roques, llegamos a es Caló, un pintoresco pueblo de pescadores de blancas casitas y preciosos embarcaderos.
Finalmente nos encontramos en el Pilar de la Mola, un tranquilo pueblo donde Julio Verne se inspiró para ambientar su Héctor Servadac.



Formentera cultural
A la vera de los pozos de agua, tradicionalmente se cantó as ballades y las cantades; como ocurre en todas las islas, el agua tiene una importancia esencial y ancestralmente un sentido mágico-religioso. Al ritmo de las castañuelas y tambores los hombres rondan, especialmente en diciembre, a las ensortijadas mujeres.
Robusta y altanera, la Torre des Garroveret desafía a los piratas. A las tradicionales fiestas de San Juan (24 de junio) se unen las del Carmen (16 de julio) y San Francisco (3 de diciembre), fiestas populares en las que año tras año se deleitan tanto foráneos como turistas.
Para los amantes del jazz, en el mes de agosto se celebra el Formentera Jazz Festival y en las noches de setiembre el festival de Guitarras de Sant Ferran.
No, Formentera no es para un día de playa -que lo es-, es la isla del descanso, de la belleza mediterránea. De los apacibles paisajes y evocadoras construcciones.
Es posible que la inadvertida Podarcis Pityusensis nos contemple, pasmada entre las rocas, vigilando nuestros pasos para que no rompamos la armonía y belleza de todo este paisaje.