Nos podemos imaginar cualquiera de estas islas, en una zona donde paneles solares cubren los tejados de las casas y donde los molinos no cesan de mover sus aspas. En este lugar las bicicletas y los coches eléctricos dominan el paisaje de las calles.
La isla de Samso en territorio danés, se posiciona como la isla pionera en el uso de energías limpias e inagotables como sustitutos de los combustibles fósiles. Esta isla, situada en el mar del Norte, genera más electricidad de la que necesita y vende esa producción al exterior. Cuenta, también, con un sistema de calderas de biomasa, fabricadas a partir de paja y madera, que proporciona el 70% de la calefacción necesaria para todos los hogares.
Tuvalu, un país pequeño de la Polinesia compuesto por nueve islas, tiene previsto autoabastecerse únicamente de la energía del sol en el año 2020.
En la isla de Vormsi (Estonia) están trabajando en la primera fase de la iniciativa Smart Vomsi, que consiste en instalar en las casas mini aerogeneradores y placas solares, que prevén cubran el 25% de sus necesidades. Después construirán una planta de generación térmica y eléctrica que les permitirá un autoabastecimiento total.
El Hierro, en Canarias, es un modelo de isla española que apuesta por la energía eólica. En la isla Galápagos (Ecuador) también miran al viento y, además de resolver un problema energético, también lo resuelven socio-económico.
El último reto: el transporte, Una de las tareas más costosas es conseguir la introducción masiva de automóviles eléctricos, En la isla de Bornholm (Dinamarca) trabajan en este proyecto. El propósito a corto plazo es mejorar el sistema de las baterías. Se trabaja en el proyecto Edison, que pretende desarrollar una infraestructura inteligente con energías limpias y promover el uso de los coches eléctricos.
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