Revista Arte
La tecnología siempre avanza, seamos o no testigos nosotros en nuestra vida diaria. En concreto, dentro de la fotografía, la tecnología juega un papel fundamental en el flujo comercial de material que pasa de nuevo a viejo y de viejo a obsoleto con una velocidad pasmosa. No obstante, no ese el tema que quiero tratar en esta ocasión aunque sin duda no dejaré aparcado pues me parece sumamente interesante.
Como he dicho, la tecnología ha servido al marketing dentro del mundo de la fotografía tanto o más que las propias novedades o prestaciones que, no nos engañemos, no siempre incorporaban los productos. Con la llegada de nuevas cámaras el marketing de la tecnología parece que se nos eche encima y en muchos casos ocupa un lugar equivocado.
Llegado a este punto os cuento el tweet que ha motivado este post. Sí, habéis leído bien, un tweet. Bien, el caso es que tras la presentación de la Canon EOS 5D Mark III uno de mis contactos en Twitter ha mencionado que "Con los ISOS que trabajan las nuevas cámaras, ya no necesitamos objetivos tan luminosos y ultracaros". Quiero dejarlo constar textualmente pues no sé en realidad qué ha querido decir exactamente con su afirmación, ya que 160 caracteres son tan limitados que muchas veces no puedes expresarte como quisieras.
No obstante, me ha pensar en algo relacionado precisamente con lo que comenta. En mi opinión, es cierto que la tecnología aplicada a la fotografía está haciendo que se puedan utilizar ISOS cada vez más altos con cada vez mejores resultados, pero yo no extrapolaría esa opción para justificar el echo de que objetivos menos luminosos -y caros, cierto es- ya no sean tan necesarios.
Concreto un poco más. Es cierto que el ISO de las nuevas cámaras ofrece más rango dimámico, mejor representación del color, mejor capacidad para captar detalle fino, menor ruido... mayor calidad en general. Pero no es oro todo lo que reluce. Aunque nos vendan una cámara con una escala ISO que llegue hasta los 80.000 si quieren, la realidad es que a partir de cierta cifra no tan extraordinaria dicho ISO ya no es real sino forzado, por lo que ya no es nada que no podamos hacer en el procesado posterior.
Por otro lado, los objetivos con grandes aperturas de diafragma son muy útiles por la gran luminosidad, que nos permiten ventajas tales como reducir el ISO, lo cual siempre es positivo, y reducir el tiempo de obturación para evitar trepidaciones o congelar movimientos. Pero no siempre se puede utilizar el comodín de objetivo muy luminosos para salvar cualquier situación pues contamos con el handicap de la profundidad de campo. La profundidad de campo producida por un 1:1.4 muy probablemente arruinará la imagen si sólo hemos seleccionado esa apertura por la luz extra y no por el escaso espacio que permanecerá en foco.
Si bien es cierto que también depende de más factores como la distancia entre el objeto y el plano del sensor, la distancia entre los objetos de la composición encuadrada, etc. una escena con un diafragma por debajo de 1:4 comienza a perder los motivos situados tres el punto de foco con cierta rapidez. Es por esto por lo que yo no soy de la opinión que un objetivo luminoso te ayuda para aquellas situaciones en que necesitas más luz sino en que quieres reducir la profundidad de campo.
Pongo un ejemplo del caso para que pueda entenderse mejor. Estamos celebrando la Nochevieja con toda la familia y como han venido hasta los tíos del pueblo tenemos que utilizar una gran mesa alargada. Llegado el momento de la foto, y como tiene que salir todo el mundo, decidimos encuadrar en vertical y componer la mesa a lo largo en profundidad porque si no no hay manera. Bien, es de noche, estamos en interior y con las tres bombillas de una lámpara que son capaces de hacernos ver el cochinillo de la cena a nosotros pero no a la cámara. Además se han descorchado alguna botella de vino de más y la gente está tan animada que es incapaz de estarse quieta para una foto, de modo que la velocidad no puede ser excesivamente lenta. Si utilizo el flash la diferencia de exposición entre los de la primera fila y los de la última arruina la foto; si subo el ISO el ruido y la falta de detalle fino en una foto con tanta gente arruina la foto; ahora bien, si abro el diafragma soluciono los dos problemas anteriores, pero, amigo mío, obtendré una bonita imagen de los mimenbros de la primera fila mientras que los del fondo se habrán perdido para siempre en el olvido de la Nochevieja de 1982.
Sin duda no es el mejor ejemplo, lo sé, pero podéis cambiar la Nochevieja por esa boda que te han pagado por cubrir y la mesa del cochinillo por la entrada de la novia al fondo de la iglesia mientras el novio la espera en el altar. La situación ya no es tan descabellada.
Para terminar, simplemente mencionar que esto es una opinión personal. La fotografía no es tanto una ciencia como muchas veces nos empeñamos que sea y contamos con ciertas herramientas, las que sean, que tenemos y debemos saber utilizarlas lo mejor posible por nosotros mismos. Siempre hay que elegir y casi siempre tenemos que sacrificar algo.
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