Observe usted estas imágenes. Las divulga el periódico Público, cercano a la ultraizquierda, una de las plataformas bolivarianas de Podemos y simpatizante de la organización terrorista palestina Hamas. ¿Quién mata a este joven de la camiseta verde?
No son los israelíes, no, lo matan sus compañeros palestinos, que al descubrir que no pueden acusar a sus enemigos de este asesinato dirán que era un traidor. Matan con iguales acusaciones a mucha gente. Más que los israelíes en la guerra, la verdadera guerra. Hamas es una organización terrorista que asesina a los suyos.
En esta guerra de Gaza con misiles, guerrillas, ataques y secuestros a través de túneles de Hamas contra Israel, hay dos objetivos claros: uno, el de los terroristas religiosos palestinos de expandir el islam destruyendo primero al enemigo judío, y otro el de ese enemigo que al defenderse vapulea a los atacantes provocándoles diez muertos por cada uno suyo.
Como Hamas se rodea de población común para disparar sus cohetes, que pueden alcanzar ya cualquier parte de Israel, la respuesta israelí en los lugares de lanzamiento mata inocentes que, voluntariamente u obligados por Hamas, se encuentran donde caerán esas represalias.
En occidente numerosos grupos políticos, sociales y religiosos acusan de “genocidio” a los israelíes, cuando la situación recuerda a un conductor suicida de autobús que se lanza a toda velocidad contra un muro infranqueable y mata a todos sus pasajeros.
El genocida es el conductor y los que le ordenaron la acción, no el muro contra el que se estrella, e Israel es un muro terrible, infranqueable para cualquier autobús suicida.
Si Israel permite que derriben sus defensas y capacidad de represalia, sabe que sus siete millones de habitantes serán exterminados inexorablemente en otro genocidio moderno, tras el nazi de los seis millones.
En occidente vemos niños muertos, mujeres llorando, dolor y destrucción, pero debemos recordar, ante todo, que Hamas, que gobierna Gaza con la fuerza del fanatismo islamista,es el más reaccionario y brutal sistema de opresión humana.
Igual que hacen otros locos religiosos, sectas de su misma secta, los Hermanos Musulmanes, exterminando en Irak y Siria decenas de millares de seres sin que protestemos contra esos verdaderos genocidios.
La Constitución de Hamas comienza jurando ante Alá que “Israel existe y seguirá existiendo hasta que el Islam lo extermine, tal como ha exterminado a otros anteriormente”.
Y quienes deben ser exterminados en Israel responden con la fuerza que creen necesaria para evitar esa extinción. Eso es todo.