Pues recién termina el cuarto concurso de Sumilleres de Castilla La Mancha y, aprovechando que el Tajo pasa por Toledo, voy con mi breve bitácora.
Catorce Sumilleres manchegos, valientes y preparados, algo nerviosos (lo estábamos todos, concursantes y organización) se dieron cita en Bodegas VERUM, nuestros anfitriones de Tomelloso.
Los únicos requisitos para poder presentarse eran sencillos, que el Sumiller fuese manchego o trabajara en Castilla La Mancha. Ni siquiera solicitamos pertenecer a la Asociación de Sumilleres de CLM y amigos del vino, ni inscribirse en ella, este punto lo voy a proponer para el siguiente año.
El concurso debería tener unas pruebas similares a las del concurso nacional, pero el orden de los factores alteraba el producto, así que propuse ciertos cambios con el fin de ser mas concisos y breves, así que las pruebas de semifinales se quedaron en un examen teórico con preguntas de todo tipo, una carta de vinos errónea donde localizar fallos, un examen en Inglés con cinco preguntas, y la detección de producto, donde el sumiller debería escribir acerca de las tres copas que tenía delante, qué creía que era, su cata y posible servicio y maridaje ideal.
Antes de empezar se dejó claro que el examen era del todo anónimo, haciendo que cada concursante sacara un papel doblado con un número escrito en cifra y letra, que se lo guardaran y firmaran con ese número el test. En el examen hubo preguntas de todo tipo, las inevitables de sala y protocolo, acerca de cerveza, café, infusiones, Vinos del mundo, tabaco… preguntas que en su gran mayoría deben ser conocidas por cualquier Sumiller que se precie de serlo, y otras más complicadas, donde se busca el nivel de un profesional que represente a Castilla La Mancha en el concurso nacional, preparatorio este para el Europeo o Internacional.
El jurado, formado por profesionales de la Sumillería estaba capitaneado por el maestro de maestros Custodio López Zamarra, bien acompañado de Marilú Torres, Sumiller experta en protocolo y vinos del nuevo mundo, Rafael Bellido, Presidente de los Sumilleres Andaluces y Sergio Castillo, secretario de la U.A.E.S.. Todos corregimos los examenes sin saber quién los hizo, sólo sumando puntos y añadiendo el número que constaba por participante, ahí es cuando se les puso a los participantes en fila y se les aclaró que se nombrarían los tres números con mejor puntuación y por orden de número, no de puntuación que no era relevante.
Resultaron ser David Alcántara, Sumiller Pedroñero que ejerce en el Rte Oliva Garden de Jaén, José Carlos Rodriguez, Sumiller Valdepeñero de El Patio de Chatograto, y Valentín Checa, Sumiller Pedroñero que trabaja en el Rte. Londinense Ormer Mayfair.
Los tres finalistas realizaron las pruebas de uno en uno, esperando los que no en una oficina alejada y aislada su turno. Las pruebas de la final se limitaron a un servicio de espumoso al jurado, donde el Gran Cueva de Verum fue atendido, comentado y recomendado por tres ejemplares Sumilleres. Luego maridaron un menú degustación de nueve pases, cada uno con su justificación y arte, diferentes bebidas y zonas, en fin, una gozada. Y la definitiva fue la decantación de un vino tinto, cuidando el protocolo y explicando en cada momento lo que hacían, sirviendo el vino al jurado que no perdía detalle y anotaba mientras.
Después de agradecimientos a la generosa y explándida bodega Verum, autoridades y jurado, Don Elías López, director de Verum procedió a nombrar al campeón, ¡Valentín Checa!. El afortunado recogió su trofeo, una escultura del gran Xema Teno diseñada exclusivamente para el evento. Aplausos, emoción, abrazos y el sabor de que ha sido con diferencia el mejor concurso hasta el momento, que había energía, magia, buenrollismo y calidad humana. Todo lo que se solicita a los Sumilleres, además de profesionalidad, por supuesto. Los medios hicieron eco de lo sucedido, siempre a su manera, y todos fuimos felices…
Os dejo el vídeo de la televisión local:
http://diasdevino.com/wp-content/uploads/concurso-sumilleres-2017-ccm.mp4