Revista Recetas
Este verano, en una distendida cena con amigos, hablamos de los jabones de aceite de oliva y de las maravillosas propiedades que tiene para la piel. Me planteé hacer unos de prueba y me entusiasmé con el resultado, porque verdaderamente parece magia, y sobre todo caben multitud de formas, colores y olores en este mundo.
Los de aceite de oliva y miel son estupendos para la piel, para evitar "la piel de gallina" que a veces se nos pone en algunas zonas, las rojeces y contrarrestar los daños causados por el sol. La miel y el aceite de oliva son dos productos que se han usado y se siguen usando en la medicina tradicional y en dermatología.
Es importante tener una olla de acero, no valen las que son de teflón, y también hay que tomar las oportunas medidas para no quemarse con sosa, ni respirar los vapores que emanan de la mezcla. Por lo demás es divertido, aunque hay que tener un lugar, exclusivo, para que sequen con calma, y por supuesto no usarlos hasta que hayan cumplido dos meses desde que los hicimos.
Es evidente que los jabones comerciales hacen más espuma porque tienen más detergentes, pero no son mejores que los hechos en casa con un buen aceite de oliva. Videoblog de recetas