Jack Pierce está considerado como el maestro del maquillaje y uno de los "culpables" de que la Universal copara casi exclusivamente el panteón del terror cinematográfico. En una época en que la industria del cine estaba casi en pañales, Pierce de forma artesanal y con total entrega y dedicación, concibió en su imaginación y creó para el celuloide una serie de trabajos que se han convertido en imágenes icónicas del género de terror, siendo aún actualmente una inspiración o referente para los modernos profesionales del sector. Pierce brilló con luz propia, dio forma a los rostros del terror y contribuyó a que esa industria, ese género y esos monstruos clásicos adquirieran un halo mítico e inimitable.
Hoy vamos a dedicarle el artículo a éste artesano, repasando su biografía y prestando especial atención a sus trabajos más representativos. Fascinante es la palabra que define la vida de éste señor y para adentrarnos en ella nada mejor que empezar por el principio.
Nacido como Jano Picculas en Valdetsiu, un pueblecito griego al norte de Trípoli, un 5 de mayo 1889. A comienzos del nuevo siglo, por recomendación de unos parientes, la familia al completo se traslada a los Estados Unidos, desembarcaron en Nueva York para poco después trasladarse a Chicago, donde el joven Jano decide americanizar su nombre, su nuevo nombre, Jack P. Pierce, desagrada a su familia y es el primero de los sucesivos encontronazos que derivarían en la ruptura familiar y de paso con su pasado más inmediato. Al poco tiempo se trasladan a Los Ángeles y Jack abandona el núcleo familiar casándose con Blanche Craven, circunstancia que provoca la ruptura total con su familia y la comunidad griega. La vida era difícil en esos años y el joven para poder sobrevivir pasó unos meses vendiendo periódicos por la calle, después encuentra trabajo como proyeccionista en un cine y al poco tiempo empieza haciendo de especialista para distintas productoras. Dos años le duró ésta ocupación, pronto consigue convertirse en actor, especializado en papeles de villano, y como en esa época no existía el departamento de maquillaje, él mismo se lo trabajaba, no pasando éstas virtudes desapercibidas para las productoras del momento. Entre los años 1915 al 1925 desempeña el trabajo de maquillador, hasta que en el año 1926 le llega su primera gran oportunidad, Raoul Walsh se disponía a iniciar la producción titulada The monkey talks (Habla el mono, 1927) y tenía muchos problemas para lograr un maquillaje creíble que convenciera al público, Jack Pierce se involucró en el proyecto y su maquillaje (a pesar de que sólo se conservan algunas fotos del mismo) asombró a propios y extraños. Su trabajo llegó a los oídos del presidente de la Universal ( Carl Laemmle) que incorporó a jornada completa como maquillador a Pierce.
Al poco tiempo Carl Laemmle nombró productor asociado a su hijo y lo puso al frente de toda la labor de producción. Carl Jr. era un gran fanático del terror y de Pierce, y le dio a éste plenos poderes para desarrollar sus conceptos artísticos, fruto de esta colaboración creó los maquillajes para Conrad Veidt en la increíble película The man who laughs (El hombre que ríe, 1928) y que a la postre se convertiría en uno de los primeros éxitos de nuestro protagonista en la productora. A partir de ese momento los éxitos se suceden, Drácula, el monstruo de Frankenstein, la Momia, la novia de Frankenstein o el hombre lobo demuestran al mundo entero el genio creativo de Pierce y encumbran a la Universal al numero uno del género fantástico. Durante los treinta y los cuarenta nuestro protagonista no deja de trabajar. Sin embargo a mediados de los cuarenta la Universal da un giro de planteamientos en los proyectos de producción y deciden dejar de lado sus películas sobre monstruos, una de las primeras decisiones en éste aspecto afecta a Jack en persona, es despedido en 1947 y el golpe recibido lo hunde casi totalmente.
Desde ese momento sus trabajos se reparten entre el medio televisivo y películas de bajo presupuesto, los años cincuenta y sesenta son un vía crucis para nuestro protagonista, y sus creaciones no resultan tan brillantes y sobre todo tan sorprendentes para el espectador, por lo que el lento declive va minando su carácter y su salud.
El 19 de julio de 1968 Jack Pierce fallecía y con él se iban para siempre unas décadas mágicas e imborrables. Para la posteridad queda toda una carrera, honesta y creativa, que a día de hoy sigue siendo un referente ineludible para entender el desarrollo posterior de éste género que tantas y tantas horas de placenteros escalofríos nos ha proporcionado.
A continuación una filmografía seleccionada:
El Doctor Frankenstein (Frankenstein) / James Whale
El caserón de las sombras (The old dark house) / James Whale
La momia (The Mummy) / Karl Freund
El hombre invisible (The invisible man) / James Whale
La novia de Frankenstein (The bride of Frankenstein) / James Whale
El lobo humano (Werewolf of London) / Stuart Walker
El cuervo (The Raven) / Lew Landers
El poder invisible (The invisible ray) / Lambert Hillyer
La hija de Drácula (Dracula's daughter) / Lambert Hillyer
El hijo de Frankenstein (Son of Frankenstein) / Rowland V. Lee
La torre de Londres (Tower of London) / Rowland V. Lee
The Mummy's hand / Christy Cabanne
Mad made monster / George Waggner
El hombre lobo (The wolf man) / George Waggner
El fantasma de la Ópera / Phantom of the Opera / Arthur Lubin
Perversidad (Scarlet street) / Fritz Lang
She Wolf in London / Jean Yarbrough
El cerebro del planeta arous (The brain from planet arous) / Nathan Juran
The Devil's hand / William J. Hole Jr.
Bueno amigos, por hoy ya está bien. Un saludo y hasta la próxima.