La detective Doris necesitaba pensar.
Usualmente cuando se encontraba bajo el stress de su profesión tenía como rutina escapar en la fantasía que puede proporcionar una tarde viendo alguna película en el teatro local, hoy presentaban el aclamado film, de producción criolla, Nation's Pride.
Los graves acontecimientos que rodeaban el sonado caso de la muerte de los tres jueces de un Reality le tenían los nervios destruidos, no le gustaba el manejo que le estaban dando al caso las altas jerarquías policiales, en especial que hubieran tenido que traer desde otra ciudad a una inspectora rival a la cual detestaba. Y peor aún su rival no correspondía sus desafectos incluso quizás ni siquiera notaba cuanto Doris la odiaba, y eso la hacía enojar más. Ciertamente Doris amaba muchísimo a Boris, pero la fulana venida de otra ciudad como que le hacía miraditas descaradas a su amado de vez en cuando.
Estaba pensando en todos estos problemas cuando por el rabillo del ojo noto que en el teatro también estaba otro de los detectives de la estación de policía, se trataba de Jack Slater, no solía tratar mucho con él, pues ella estaba asignada a homicidios y Slater trabaja en el departamento de narcóticos. En realidad nunca habían tenido mayor oportunidad de charlar, porque en parte le disgustaban los tipos con ese estilo tosco de vaquero a lo John Wayne.
Sin embargo estaba tan desolada y desesperada que sin que él se diera cuenta, ella se le acercó por detrás y le dijo casi en el oído con una voz de susurro sensual: "Hola, detective Slater, ¿Viene usted seguido a esta sala de cine?"
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