Al respecto del debut del productor británico James Holden hay una discusión que se viene dando desde que en noviembre de 2006 salieran a la luz los 43 minutos que componen este disco. Siempre se le tuvo como niño prodigio ya que con apenas 20 años era dueño de su propio sello (Border Community), era un reputado productor y un descubridor de talentos de la talla de Nathan Fake y Luke Abbott en entre otros. Por eso, y hace ya 6 años, la expectación por escuchar su primer trabajo era máxima.
Pese a tener sus detractores, The Idiots Are Winning es ya un clásico de la IDM de la década pasada. No significó el punto de partida de nada concreto, pero si fue tomado como principal referencia para decenas de discos que vinieron después. En parte él fue precursor de ese sonido, con sus clicks, progresiones y atmósferas llenas de matices. El disco es una obra maestra de difícil escucha, denso, una sucesión de capas que se superponen y repiten, dando un conjunto que hasta la fecha no se ha vuelto a repetir.
Parte de las críticas residían en que él al ser una figura dentro de las pistas de baile de medio mundo, no había sacado un trabajo orientado a ellas, bien por su estricto minimalismo o por considerarse poco pinchable. A su manera de ver las cosas, lo que le faltaba al resto era la destreza para engarzar aquellos temas en una sesión cualquiera, y eso James lo tenía para regalar.
Hoy no hay continuación para aquél fantástico álbum debut, es posible que como tal, Holden no vuelva a alejarse tanto de las pistas de baile o no se vuelva a concentrar en un trabajo suyo. Lo que está claro es que será difícil volver a juntar en un disco de música electrónica temas como Corduroy, 10101, Idiot o Lump, clásicos en vida del género.
James Holden – The Idiots Are Winning (2006)
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