Estaba mirando una conferencia de " Criptozoología marina" cuando, entre mis momentos de distracción, entré al portal de Skeptical Inquirer y descubrí un tuit que simplemente no podía creer:
"James Randi murió. Uno de los fundadores del CSICOP y del movimiento escéptico. Hay mucho qué decir. Amigo, colega y oh Dios mío, qué personaje. No puedo esperar para reunirme con amigos y volver a contar las historias. Las historias Asombrosas."
Como no se podía esperar menos, algunos pensaron que tal vez se trataba de un fake news. El escepticismo ante la muerte de un gran escéptico es una forma de rendirle homenaje, creo yo. No era imposible que algún administrador de la cuenta de Skeptical Inquirer hubiera sido presa de algún bulo. Por desgracia, bastó una revisada rápida en Twitter para ver que Penn Jillette, Brian Dunning, Alejandro Agostinelli, Luis Alfonso Gámez, Ignacio Crespo, Vicente Prieto, Rocío Vidal, Glenys Álvarez, ARP-SAPC, AEF-PC, Gizmodo y la propia Fundación James Randi para la Educación, confirmaban la noticia: James "el asombroso" Randi ha muerto a los 92 años de edad.
Existen nombres en el movimiento escéptico con los que las generaciones más jóvenes tenemos una enorme deuda, y que casi siempre se les recuerda como los grandes entre los grandes: Carl Sagan, Isaac Asimov, Paul Kurtz, Martin Gardner o Mario Bunge. En nuestros tiempos, tal vez algunos vean a sus inspiraciones en Richard Dawkins, Christopher Hitchens o Neil deGrasse Tyson. Pero ninguno tenía esa "chispa", gran sentido del humor y elocuencia que Randall James Hamilton Zwinge, mejor conocido como " El asombroso Randi", poseía.
En mis tiempos de estudiante de prepa, Randi resaltaba por encima de mis otros grandes héroes imperfectos (para los escépticos, no deben existir ídolos infalibles, recuérdenlo bien) por una de sus grandes imperfecciones: no era un académico. Randi no era científico, ni filósofo; incluso en sus inicios, ni siquiera era un buen escritor, no. James Randi era una persona con un oficio no una profesión con título universitario, un ilusionista. Pero era una persona preocupada y enojada con lo que veía a su alrededor: personas que abusaban de su oficio para estafar al público, asegurando presuntas habilidades paranormales.
Aquello que muchos académicos menospreciaban o ignoraban, el embuste paranormal y pseudocientífico, fue tratado por un ilusionista, un mago (aunque no le gustaba que lo llamaran así) armado con sus habilidades para engañar a la gente con el fin de entretener. Randi, igual que su admirado Harry Houdini, dedicó la mayor parte de su vida a desenmascarar los fraudes paranormales, convirtiéndose en una referencia mundial para toda asociación o persona que tuviera objetivos similares. Son famosas sus luchas contra el doblacucharas Uri Geller, el psicoquinético James Hydrick, el teleevangelista Peter Popoff, el inmunólogo homeópata Jacques Benveniste, así como las refutaciones que ofreció de las cirugías psíquicas, la parapsicología, la numerología, los círculos de cultivo, las casas embrujadas, la radiestesia, el espiritismo, la astrología, Nostradamus, la grafología, el triángulo de las Bermudas, la lectura de aura, Edgar Cayce, la antivacunación, el creacionismo, etc. Otros más recordarán sus grandes fraudes, como el Proyecto Alfa (donde entrenó a dos estudiantes suyos de ilusionismo para hacerse pasar por psíquicos, engañando así a parapsicólogos científicos de la Universidad de Washington) o el engaño Carlos (donde confundió a los programas de tv australianos, haciendo pasar a un actor por un canalizador que era poseído por "Carlos", un espíritu de 2,000 años de antigüedad, obteniendo muchas ofertas para entrevistas en varios medios que jamás verificaron la autenticidad del presunto psíquico, antes que Randi confesara el engaño), donde mostraba que tanto el público, como los medios de comunicación y la comunidad científica, podían llegar a ser engañados por estafadores que hacían uso de los más simples trucos de magia.
Pero tal vez no haya otra cosa por la que más se le recordará a Randi en los medios, que por su Reto paranormal de 1 millón de dólares para aquella persona que le pudiera demostrar un poder psíquico auténtico, un fenómeno paranormal real o un tratamiento "alternativo" a la medicina basada en la ciencia que fuera eficaz, siempre y cuando se realizara la prueba mediante un estudio científicamente controlado. No importaba si creías poder leer el futuro en la palma de la mano, si te creías capaz de encontrar agua usando un par de palitos doblados o si pensaba que la memoria del agua tiene algún sentido, si lo podías demostrar bajo las sencillas reglas del reto Randi, el millón sería tuyo. No sorprende saber que, desde 1996 (cuando el reto consistía en ganarse solo 1,000 dólares) hasta el 2015, nadie ganó el reto en ninguna modalidad. Se presentaron muchos, muchos retadores. Randi narraba que incluso se presentaban en la puerta de su casa gente queriendo que los evaluaran en el mismo instante. Hubo retadores de todo tipo, desde los clásicos zahoríes y grafólogos, hasta gente que creía poder detener el Sol. En 2007, con el fin de limitar los casos, el reto se estableció exclusivamente para aquellos paranormalistas y hacedores de milagros que tuvieran presencia mediática.
En 2015, la Fundación James Randi para la Educación (asociación no lucrativa que Randi creó después de tener que salir del CSICOP por sus innumerables problemas legales, demandas hacia su persona por parte de psíquicos muy enojados) cerró el reto del millón de dólares, convirtiéndose además en una fundación que solo otorga subvenciones, invirtiendo el dinero del premio en proyectos de investigación científica y de pensamiento crítico.
Randi fue un grande elogiado por los grandes. Harriet Hall (a.k.a. la SkepDoc) aseguraba hace un tiempo que Randi
"Es una leyenda viva. Es un mago pero entiende la ciencia y la manera como los humanos se engañan a sí mismos."
Asimov, por ejemplo aseguraba que
"No hay ninguna duda de que la insensatez y la falsificación siempre existieron entre nosotros, pero nunca antes habían sido tan peligrosas como ahora; nunca en la historia hemos estado en condiciones peores para luchar contra ellas.
En cualquier otra época de la historia, nos sentiríamos agradecidos ante cualquier obstinado realista que decidiera desenmascarar a picaros y bribones, y aplaudiríamos su valor. Cuánto más debemos expresar nuestra gratitud y admiración a alguien que lo hace ahora, en este punto crítico de la historia.
James Randi es una persona que tiene la capacidad y el temperamento adecuados para la tarea; ¡no hay nadie mejor!"
En El mundo y sus demonios (1996), Sagan explicaba que
"Randi ha hecho más que nadie en épocas recientes, para poner al descubierto la simulación y el fraude en el lucrativo negocio de la curación mediante la fe. Examina las pruebas. Comenta los cotilleos [...] Desafía a los curanderos a proporcionar pruebas médicas serias para dar validez a sus reclamaciones. Invita a las agencias locales y federales dl gobierno a aplicar la ley contra el fraude y la mala práctica médica. Critica a los medios de información por su estudiado alejamiento del tema."
Y Mario Bunge, en su prólogo actualizado a su librito Pseudociencia e Ideología (2013), afirmaba categóricamente que
"La lectura de Randi y otros autores escépticos puede ser más instructiva que la de muchos filósofos del conocimiento."
¡Y nunca terminó la secundaria! Este hombre rompió los récords de escapistas como Houdini, les escupió en la cara a los psíquicos acusándolos de charlatanes, publicó un artículo desmitificando la homeopatía en la revista Nature (junto al editor de la propia revista) y fue elogiado por algunas de las mayores lumbreras del mundo académico. Por donde se le quiera ver, James Randi no era grande porque tuviera muchos títulos, era grande por ser un sabio: él sabía cómo se engaña a la gente, y cómo ayudarla a partir de ese saber.
Con todo, como dije al comienzo, Randi es un héroe imperfecto, como no se podría esperar de otro modo de un ser humano. Tuvo muchos defectos y cometió errores: ocultó durante décadas su homosexualidad, para "salir del clóset" hasta 2010 (solo él y su pareja sabrán cuánto debió sufrir por muchos años de ocultarse a sí mismo). Sus pesares personales son una cosa, pero sus metidas de pata y promoción abierta de pseudociencias son otra: Randi fue también un convencido del darwinismo social, la eugenesia y, por algún tiempo, del negacionismo del calentamiento global.
En 2009, Randi publico " AGW Revisited", un artículo corto en su blog personal donde cuestionaba que el consenso científico sobre el cambio climático fuera real; recurrió a los más burdos ejemplos de negacionismo genérico estilo "el consenso se ha equivocado antes", "la ciencia no depende del consenso" o que los científicos buscan pertenecer a la tribu (en este caso, la comunidad científica) olvidándose de las grandes lecciones de Galileo y otros que rompían con el consenso haciendo progresar la ciencia. También escribió que sospechaba que la Petición de Oregon (la cual niega que "la liberación humana de dióxido de carbono, metano u otros gases de efecto invernadero esté causando o causará, en un futuro previsible, un calentamiento catastrófico de la atmósfera terrestre y una alteración del clima terrestre") "puede ser válida", poniéndola como ejemplo que contrastaba con las tesis de los informes del IPCC.
En aquella columna, Randi concluía:
"En mi opinión de aficionado, más atención al control de enfermedades, mejores condiciones higiénicas para la producción de alimentos y suministro de agua limpia, así como el control de la suciedad que respiramos por el uso de combustibles fósiles, son problemas que deberían distraernos de preocuparnos por la cocción en el calentamiento global."
Eso sí, en todo el documento se aseguraba de recordarnos que su opinión estaba basada en información rudimentaria y que él estaba lejos de ser alguien versado en el tema. Se le notó, y otros escépticos (como aquí, aquí, aquí, aquí y aquí) en su momento se lo hicieron notar también. Randi, entonces, se retractó, recordándonos a todos que él solo hablaba desde la ignorancia.
En 2013, durante una entrevista con Will Storr, Randi afirmaba lo siguiente:
"Soy un creyente en el darwinismo social. No en todos los casos. Haría cualquier cosa para evitar que un niño de doce años lo hiciera. Sinceramente. Pero en general, creo que el darwinismo, la supervivencia del más apto, debería dejársela actuar. Siempre y cuando no interfiera conmigo y con otras personas sensatas y racionales que podrían verse afectadas por ello . Personas inocentes, en otras palabras. Estas no son personas inocentes. Son personas estúpidas. Y si no pueden sobrevivir, no tienen el coeficiente intelectual, no tienen el poder de pensar para poder sobrevivir, es lamentable; odiaría ver que sucediera, pero al mismo tiempo, aclararía el aire. Estaríamos libres de muchas de las plagas que padecemos actualmente. Creo que las personas con aberraciones mentales que tienen antecedentes familiares de enfermedades hereditarias y demás, se debe hacer algo para educarlas seriamente para evitar que procreen. Creo que deberían reunirse en un lugar adecuado y demostrarles lo que significaría su procreación para la raza humana. Sería muy dañino. Pero no veo ningún intento de hacer eso porque todos tienen derecho a hacer cosas estúpidas. Y supongo que sí. Hasta cierto punto."
Para mi extrañeza, son pocos los portales escépticos en español que parecen haberse enterado de estos feos descalabros del "asombroso Randi" (aquí una excepción que mencionó sus comentarios sobre el cambio climático de pasada), lo que me hace dudar si el escepticismo "importado" del mundo anglosajón llega completo y en buena calidad siempre. Ciertamente Randi no fue nunca un activista de la negación climática ni un impulsor de políticas eugenésicas, por lo que las metidas de pata pueden verse como eso, metidas de pata. Creencias irracionales de alguien que en general era sumamente racional, algo que todos hacemos, y que sin duda nos beneficiaremos al estudiar a fondo estos casos tan curiosos de disonancia cognitiva.
Las opiniones equivocadas de Randi están lejos de opacar sus logros, su obra y su activismo. Hablar de estos errores no sirve para demeritar su trabajo, sino para demostrar que los escépticos debemos estar conscientes que todos, incluso nuestros mejores representantes, pueden equivocarse. La fuerza está en la revisión crítica continua de toda afirmación que contrarie el fondo de conocimientos científicos bien establecidos, venga de donde venga.
A Randi no solo se le conocía entre el mundillo escéptico, sino que además era un favorito del ateísmo militante. Sus opiniones sobre la validez de la religión y del concepto de Dios siempre fueron claras, y así las explico en su ensayo " Por qué rechazo la religión, lo tonta e irreal que es, y por qué soy un "bright" entregado y enérgico", en 2003 (antes de la fiebre del nuevo ateísmo):
"Dado que la religión surge como parte de los tantos argumentos que apoyan otras afirmaciones fantásticas, quiero mostrarles que aceptarla es de la misma naturaleza que aceptar la astrología, la PES, la profecía, la rabdomancia, y la otra miríada de extrañas creencias que manejamos cada día. Con anterioridad me he excusado de participar en acaloradas discusiones de esta persistente noción, sobre la base de que no ofrece ninguna evidencia examinable, a diferencia de lo que hacen las otras creencias en lo sobrenatural... aunque esos exámenes siempre han mostrado resultados negativos. No se puede discutir lógicamente con la gente religiosa, porque afirman que sus creencias son de tal naturaleza que no pueden examinarse, simplemente " existen ".
[...]
Sí, soy un materialista. Estoy dispuesto a que me demuestren que estoy equivocado, pero eso no ha sucedido... aún. Y admito que la razón por la que soy incapaz de aceptar las afirmaciones de las maravillas psíquicas, ocultas y/o sobrenaturales es porque estoy encerrado en una visión del mundo que exige evidencias en lugar de fe ciega, una visión que insiste en la repetición de todos los experimentos (en particular aquéllos que aparentan mostrar violaciones a un mundo racional) y una visión que requiere un examen abierto de los métodos utilizados para llevar a cabo esos experimentos. La decisión de ser un materialista es mía, la tomé luego de muchos años de consideración de lo que observé, y luego de leer a Bertrand Russell y a otros. Ya que no fue una simple reacción a la información que me llegaba, sino el resultado de examinar esa información, estoy orgulloso de mi decisión."
Randi fue un ilusionista, un investigador, un autor, un comediante, un actor, un ignorante, un sabio, un escéptico, un ateo, para muchos de nosotros un maestro y una inspiración. Siempre será recordado por ser un gran mentiroso honesto.
SI TE INTERESA ESTE TEMA* "An honest liar", documental sobre la vida de James Randi.
* ""La gente cree en lo paranormal por miedo a la muerte", dice James Randi", entrevista por Luis Alfonso Gámez, en Magonia.
* El documental clásico " Más allá de la Ciencia", de 1999, con James Randi: