Revista Diario

Jamón jamón

Por Mamaenalemania
Llevo 4 días hinchándome a jamón. Por fin.
Hasta el sábado que llegan mis padres con las reservas pertinentes de Bellota (y lomo y fuet y demás suculencias toxoplasmósicas), de momento me tengo que conformar con jamón de Parma. Pero menos es nada, digo yo.
El parto supongo que fue bien. Surrealista un rato, pero supongo que bien.
Digo supongo porque fue un parto-express, de esos que muchas envidian. Pero yo pasé un miedo tremendo.
Me habían hablado de las Sturztgeburten (de esas que salen en las noticias tipo “madre va a hacer pis y sale del baño con el niño en brazos”) y del riesgo que tenía yo de tener una. Teniendo en cuenta la velocidad de mis partos, de los de mi madre y de los de mi abuela (mi madre fue uno de los dos hijos que tuvo en el ascensor), estaba pensando seriamente hablar con el veterinario del mierdapueblo. Por si las moscas. En realidad, porque mi marido siempre tiene el móvil apagado (aunque él jura que no), nadie sabe nunca dónde está en su empresa (“le acabo de ver pasar pero ya no lo encuentro”…etc.) y yo sabía que el tiempo, desde la primera contracción, corría en mi contra si quería llegar al hospital.
Acongojada estaba, vamos. Y de muy mal humor (pero eso es normal días antes de dar a luz ¿no?).
El domingo, día de peli tranquilito en el sofá, tuvimos que interrumpir la emisión por un arranque salsero del tsunami (algo relativamente frecuente, por otro lado).
Yo: “Me tengo que levantar un momento, que me está destrozando los pulmones y algo más”
Marido: “Uy, mira cómo se te ha puesto la tripa… Yo creo que eso es una contracción”
Yo (que soy una listilla): “Pero vamos a ver… ¿Tú qué narices sabrás de contracciones? ¿Has tenido muchas en tu vida?”
PFLAFFFFFFF… (sí sí, rotura de aguas, por bocazas)…
La llamada a mi suegra para que volase a casa está registrada a las 22:32 exactamente.
El tsunami vio la luz a las 23:09 exactamente.
Teniendo en cuenta que mi suegra tardó en llegar 5 min. (más o menos), que el hospital está a 14 km., que tuvimos que aparcar, bajarnos, entrar, llamar y tal, entramos en el paritorio a las 23:00. Con contracciones, claro. Y totalmente dilatada.
Recuerdo haber mirado a la matrona con cara de cordero degollado y decirle que me daba mucho miedo el dolor. Recuerdo que la matrona me dijo que empujase 3 veces y se acabaría todo. Recuerdo haberme armado de valor, empujado 3 veces y acabarse el suplicio.
Por supuesto, no teníamos el nombre decidido todavía.

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