El mayor terremoto de la historia de Japón provoca un tsunami con un número de víctimas que podría llegar a superar, junto a los desaparecidos, las 12.000 víctimas. La tragedia se multiplica con las explosiones de algunos reactores de centrales nucleares, especialmente la de Fukushima. Se teme por un desastre nuclear que hace despertar los malos recuerdos de Hiroshima y Nagasaki.
Las autoridades niponas tratan de tranquilizar a la castigada sociedad que ha encajado la tragedia con una serenidad envidiable. El sacrificio no amedrentará a los japonenses y serán tan solidarios como lo fueron a la hora de reconstruir su país después de la Segunda Guerra Mundial, así como su economía que no terminaba de despegar en los últimos años lastrada por su enorme deuda.
La tragedia arroja unas cifras oficiales, no definitivas, de más de 200.000 evacuados por el problema nuclear, más de 300.000 desplazados por el tsunami, más de 1.800 fallecidos y una cifra de desaparecidos que supera los 10.000 en las zonas más castigadas por el tsunami del pasado 11 de marzo que ha colocado a Japón en la segundo desastre más importante de su historia después de la Segunda Guerra Mundial.
Tras el primer análisis, se espera que lo realmente grave no llegue y que el peligro nuclear se controle porque lo económico, siendo muy grave, tendrá su tiempo. La tragedia económica de la tercera economía del mundo, junto con la situación que se vive en Libia y los países árabes unida a la crisis financiera global, puede hacer que todo se complique aún más retrasando la recuperación económica mundial.
El Gobierno de Japón ha inyectado 180.000 millones de dólares para contrarrestar los efectos de la catástrofe pero la bolsa de Tokio ha cerrado con 6 puntos a la baja el primer día despues de la tragedia. Las malas noticias no acaban ahí ya que se prevén nuevas réplicas del terremoto que podrían llegar a los 7.8 grados en la escala de Richter. Habrá que estar muy atentos.
fuenteTRIBUNA MUNICIPAL