El año pasado fue la NASA quién comunicó que estaban trabajando en un proyecto denominado SPS-ALPHA, el cual consistía en poner en órbita una estructura de entre 6 y 8 kilómetros formada por miles de espejos, en forma de cono, cuyos rayos reflejados se concentrarían en una serie de colectores solares. La energía recibida se transformaría en energía eléctrica que se transmitiría a la tierra mediante la emisión de microondas.
Ahora es la Agencia Aeroespacial Japonesa (JAXA) quién se toma en serio la idea de colocar plantas solares espaciales. El concepto con el que trabajan es el muy similar al presentado por la Nasa y aquellos que se vienen publicando desde hace décadas: una serie de colectores situados a 36.000 km que concentrarían la energía recibida y la transformaría en energía eléctrica continua. Mediante microondas o haces de luz láser se transmitirían a tierra. En una entrevista publicada por la misma agencia, Yasuyuki Fukumoro (responsable del proyecto Space Solar Power Systems (SSPS) desde 2007), explica la situación actual de desarrollo así como las ventajas de este tipo de instalaciones:
SSPS proporcionará un gran impulso a la oferta mundial de energía ya que ésta se podrá generar siempre que tengamos sol Así que, en ese sentido, nuestra vida diaria se beneficiará directamente de la tecnología porque SSPS satisfará la demanda de energía eléctrica.Efectivamente, una de las grandes ventajas respecto a los sistemas terrestres, es que no se ven afectados por las condiciones meteorológicas, ni por la hora del día, pudiendo trabajar de forma continua, excepto en algunos momentos coincidentes con los primeros equinocios de primavera y otoño. Es de destacar que el potencial energético fotovoltaico en el espacio es de 10 veces mayor al que se pueda encontrar en la superficie terrestre.
Hay muchos retos tecnológicos para resolver antes de que el proyecto SSPS se pueda implementar. Sin embargo, nos estamos acercando al momento de que sea un hecho factible, pasando de la fase de estudio a la fase de demostración tecnológica. Hemos comenzado a desarrollar la primera demostración del mundo de la tecnología de transmisión de energía inalámbrica de clase 1 kW, estimada para su puesta en marcha en el año 2030.En la siguiente imagen se pueden ver dos de los modelos sobre los que están trabajando. El modelo básico (izquierda) es más fácil de construir, pero presenta la desventaja de que su eficiencia disminuye a medida que la tierra se aparta del sol. El segundo (derecha), esta formado por espejos que reflejarían la luz solar en dos paneles fotovoltaicos, lo que podría generar electricidad de forma continua. Por contra, su construcción es más compleja que el primero.
En ambos modelos, el resultado es energía eléctrica en corriente continua. A la hora de transmitir dicha energía a a la tierra, los investigadores tienen sus dudas pues todavía les falta decidir si usar microondas o rayos láser para su transmisión. Cada vez queda menos para llegar a ver cualquiera de estos proyectos hechos realidad, pero en el largo camino hasta su concepción, deberán resolver cuestiones como la reducción del elevado coste de construcción o el posible impacto de los sistemas de transmisión sobre la fauna y flora del entorno de recepción. Fuente | Jaxa Imágenes | Imagen 1, Imagen 2