Revista Ciencia

Jaque al mercado negro de especies

Publicado el 31 agosto 2012 por Xinquer

Desde los inicios de El Espejo de la Ciencia y mucho antes he tratado de exponer reiteradamente la enorme problemática que el comercio de especies acarrea para la Fauna y sus entornos naturales, promoviendo la adopción de “mascotas” como alternativa sana a la adquisición de especies vivas y concienciando sobre la necesidad de respetar la Fauna y sus ecosistemas.Hoy, sin embargo, es mi intención exponer una de las actividades más dañinas de cuantas integran el comercio global de Animales; me refiero al tráfico clandestino de especies en vías de extinción.La caza furtiva es sin duda una de las mayores amenazas que se ciernen sobre la Fauna de todo el mundo, junto con la destrucción del hábitat y el recurrente cambio climático. Estamos ante una actividad que pretende abastecer la continua demanda internacional de productos derivados de ciertas especies Animales, tales como caparazones de Tortugas, huesos y pieles de Tigres, cuernos de Rinoceronte, colmillos de Elefantes y un largo etcétera; materiales destinados a colmar las expectativas de la ancestral medicina tradicional china o las aspiraciones de lujo y exclusividad de los más pudientes de todos los continentes; todo ello sin entrar en detalles sobre la demanda de mascotas exóticas o el abastecimiento de circos y zoológicos privados que requieren Animales vivos, cuanto más escasos y exóticos, mejor.No exagero en absoluto cuando asevero que semejante actividad ha empujado ya a algunas especies a la extinción y que muchas otras siguen inexorablemente su mismo camino; a día de hoy, los casos más preocupantes son las tres especies de Elefantes (Loxodonta africana, Loxodonta cyclotis y Elephas maximus), las cinco de Rinocerontes (Ceratotherium simum, Diceros bicornis, Dicerorhinus sumatrensis, Rhinoceros unicornis y Rhinoceros sondaicus), algunas ya en peligro crítico, y el Tigre (Panthera tigris), cuya especie se ha visto de nuevo drásticamente mermada tras el vergonzoso fracaso del “Proyecto Tigre”. Merced a esta situación, en nuestros días apenas tres mil doscientos ejemplares de Tigres salvajes sobreviven en libertad, mientras que decenas de miles de Elefantes africanos pierden la vida anualmente frente a los bien preparados cazadores furtivos; los Rinocerontes, por su parte, no lo están pasando mejor y más de un millar de individuos de las cinco especies claudican cada año ante la amenaza que se cierne sobre ellos en forma de furtivismo.Tan lucrativo es el comercio ilegal de especies que no solo la Fauna se halla bajo amenaza, también los ecosistemas que les dan cobijo se ven atacados al quedar privados de uno o más eslabones que dotan al entorno de su equilibrio natural; por otra parte, guardas y ecologistas, así como sus familias, no quedan exentos de tal agresión, viéndose intimidados, cuando no directamente asaltados por los cazadores que buscan asegurarse su permanencia en el negocio a toda costa.El arraigado comercio ilegal de Fauna goza en la actualidad de impresionantes redes de distribución que no conocen límites ni fronteras, creando vínculos entre cazadores y demandantes de materias primas de todo el globo, dotando así a los infractores de las necesarias herramientas y distribuidores mediante el tráfico de armas y de especies. Dichas redes son hoy tan amplias y estables que la detención y retirada del negocio de algunos delincuentes, aún cuando gozan de puestos de privilegio en el entramado comercial, no desestabiliza y mucho menos merma la ya eficiente capacidad de maniobra de la trama. Es por ello que se requiere de un compromiso internacional, firme y duradero, para atajar un problema que amenaza ya cientos de especies de todo el mundo.Afortunadamente, existen ya las herramientas para atajar el problema, aunque algunas de ellas requieren todavía ser afinadas y perfeccionadas para ser plenamente útiles; dichas herramientas se presentan en forma de leyes nacionales e internacionales, convenciones internacionales sobre comercio y códigos penales para hacerlos cumplir. Lamentablemente, por ahora son muchas las naciones que no están haciendo cumplir unas leyes ya promulgadas y teóricamente funcionales, ya sea por desidia, falta de recursos y intereses ocultos, de modo que resulta necesario plantear la preocupante situación que vivimos para obtener un mayor compromiso que ajuste y aplique dichas leyes, mejorando la legislación y endureciendo las penas.
Jaque al mercado negro de especies.Mapa sobre tráfico clandestino.
Siendo perfectamente consciente del escenario descrito, pues a él se debe su existencia, el Fondo Mundial para la Naturaleza lleva cinco décadas buscando soluciones factibles y proponiendo métodos reales, funcionales y asumibles para hacer frente a este complejo panorama; no obstante, su correcto funcionamiento requiere de la implicación de todos, pues solo la debida concienciación puede servir para presionar a las autoridades competentes a implicarse en sus obligaciones y poner freno a la demanda de Fauna que aviva el comercio.Algunos países en donde la actividad clandestina se concentra en la caza ilegal al ser lugar de origen de las especies más demandadas no han omitido su responsabilidad y están tomando medidas para combatir y castigar a los furtivos y se aseguran de destruir el material incautado para evitar que pronto o tarde termine abasteciendo el mercado negro, mientras que otras naciones combaten dentro y fuera de sus fronteras el tráfico y la solicitud de productos, tratando de atajar así el problema en su origen; la demanda.No obstante, estos decididos países no pueden luchar en solitario frente a tan extendida amenaza, de modo que resulta imprescindible obtener un mayor apoyo y compromiso por parte de las naciones más reacias a colaborar. Para ello, WWF incita a la población a formar un frente común que presione a los gobiernos y rechace tajantemente la Fauna y partes de Animales amenazados. Diversas campañas están ya en marcha y se suman a las numerosas iniciativas llevadas a cabo durante el último medio siglo. Información, concienciación y educación son la clave de la solución a un problema tan antiguo como devastador.


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