Jean Simmons ha fallecido a los 80 años

Al escuchar en un medio radiofónico la noticia de su muerte ocurrida el pasado viernes, la primera imagen de Jean Simmons que me ha venido a la mente, ha sido la de la joven, bella, y dulce Varinia, esposa de Espartaco.

Puede que también sea la primera que recordéis muchos de vosotros de la actriz que ha fallecido en su casa de California a causa de un cáncer de pulmón, pero, Jean Simmons, en los de alrededor de 75 títulos que componen su filmografía, interpretó multitud de personajes por los que también podríamos recordarla, aunque, bien es verdad, que la película de Kubrick la confirmó como estrella de Hollywood.

Simmons había nacido el 31 de enero de 1929 en Londres (le faltaba poco más de una semana para cumplir los 81 años). Con 12 años ingresó en una escuela de danza, y obtuvo el título a los 15 años, habiendo recibido también clases de interpretación de Sir Laurence Olivier, y actuado en al menos tres películas.

Trabajó en su país hasta los principios de la década de los 50, a las órdenes de destacados directores británicos, como David Lean, Basil Dearden, Ken Annakin, o Laurence Olivier, con quien coprotagonizó una excelente versión de “Hamlet”, siendo ella Ofelia.

Debutó en Hollywood con “Androcles y el león” (1952), título al que siguieron otros mucho más destacados, como “Cara de ángel”, de Otto Preminger, “La túnica sagrada” (1953), de Henry Koster, “Sinuhé, el egipcio” (1954), de Michael Curtiz, “Desireé” (1954), de Henry Koster, “Ellos y ellas” (1955) de Joseph L. Mankiewicz, “Pasos en la niebla” (1955), de Arthur Lubin (en donde demostró su versatilidad, interpretando un convincente papel de malvada) “Horizontes de grandeza” (1958) de William Wyler, o “Esta tierra es mía” (1959), de Henry King.

Estuvo casada con el también actor Stewart Granger, del que se divorció en 1960 para casarse con el director Richard Brooks. Fue Brooks el que la dirigió en una de sus mejores películas, “El fuego y la palabra” (1960), al lado de Burt Lancaster. También a las órdenes de su marido, rodó en 1969 “Con los ojos cerrados”, y su papel le supuso una candidatura al Oscar a la Mejor Actriz (anteriormente, en 1948, por su papel en Hamlet, había sido candidata a la Mejor Actriz de reparto).

Aunque nunca se separó totalmente de la pantalla grande, a partir de la década de los 70, sus trabajos se centraron más en el mundo de la televisión, participando en series como “Norte y Sur” y “El pájaro espino” (por su papel en esta serie obtuvo un premio Emy), o en telefilms.

En esta última década ha puesto voz a personajes de películas de animación y ha ejercido también de narradora. Su último trabajo lo realizó el año pasado.

Descanse en paz la que fue una bella mujer y también magnífica actriz.