Jerusalén

Jerusalén, ciudad Santa, ciudad moderna
Desde el primer momento en que vislumbre la ciudad de Jerusalén y sus uniformes construcciones de piedra blanca, desde lo alto del monte Sión, no pude dejar de reflexionar sobre el origen de los ancestrales motivos que a lo largo de los tiempos, han convertido a este singular emplazamiento de Oriente Próximo, en lugar sagrado y de conflictiva confluencia, en la mayoría de las ocasiones, para cada una de las tres mayores religiones monoteístas del mundo. Para intentar entender este fenómeno que mueve cada año a miles de peregrinos, con la intención de visitar la ciudad Santa de Jerusalén y sus lugares de culto más importantes, habría que remitirse a los episodios históricos que rodean a esta ciudad, venerada por judíos, cristianos y musulmanes.

La ciudad de Jerusalén, actual capital de Israel, que según afirman algunos estudios etimológicos, debe su nombre Casa de la paz, a la conjunción de las palabras hebreas yeru (casa) y shalem ó shalom (paz), ha sido paradojicamente, escenario vivo de destacados episodios en la historia de la humanidad, con continuas historias de construcciones y destrucciones llevadas a cabo por personajes de la edad antigua, tan destacados como el rey David, ó su hijo Salomón, el rey Nabuconodosor de Babilonia, Alejandro Magno, Pompeyo, Herodes I el Grande, Adriano y otros. Más tarde en la Edad Media, Jerusalén seguiría siendo objeto de conquista tanto para los cristianos como para los musulmanes, durante las conocidas Cruzadas, mientras que en la época más contemporánea, a mediados del siglo XIX, Jerusalén se convirtió de nuevo en zona de conflicto entre judíos y musulmanes, lo que dió origen a la intermediación de los Británicos, encomendados por la Sociedad de Naciones como administradores del territorio, hasta que en el año 1948, el primer ministro israelí David Ben-Gurión, proclamo la independencia del Estado de Israel.

Pero, como fotógrafo de viajes y buscador incansable de imágenes y sensaciones, no pretendo enumerar en esta introducción sobre Jerusalén, todas las posibles rutas peregrinas ni describir con detalle testimonial, una larga lista de los lugares de culto ancestrales, que se pueden visitar en este crisol de religiones, sino que por el contrario, prefiero intentar transmitirte y mostrarte con imágenes, algunas de las sensaciones vividas durante mi visita a esta emblemática ciudad.

Si viajas a Jerusalén, podrás comprobar que alrededor de los muros que albergan a la ciudad vieja, en la que aún hoy, se pueden observar arcos romanos, fosos bizantinos, muros levantados por los cruzados, bastiones otomanos y templos religiosos de los más variados credos, se extiende una nueva ciudad de grandes avenidas, jalonadas con modernos centros comerciales, museos, jardines, restaurantes y todo tipo de servicios propios de una gran urbe contemporánea.

Siguiendo con mi tendencia de implicarme todo lo posible en la vida cotidiana de los habitantes de las ciudades que visito, para mi estancia en Jerusalén, elegí un pequeño apartamento ubicado en la Colonia Alemana (German Colony), un agradable y tranquilo barrio relativamente cercano al centro histórico de Jerusalén. Un barrio de modernas cafeterias y restaurantes, con supermercados, tiendas y varias paradas de autobus, en el que pronto pude llegar a sentirme como en casa, tanto de día como de noche.

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