El
director alsaciano William Wyler había asistido a una de estas representaciones y le había gustado la obra. Así que no tardó en escribirle al productor Carl Laemmle lo siguiente: “A pesar de las críticas negativas, pienso que tiene excelentes fundamentos para ser una buena película. Habría que desarrollar visualmente algunos hechos o ideas que solamente están en el diálogo y poner algo de acción. Creo que tanto el clímax, como la época o el vestuario añadirían belleza al film”.William Wyler había debutado tras las cámaras en 1926 y ya nos había dejado títulos como “Fascinación”, “Esos tres”, “Desengaño”, “Rivales” (codirigida con Howard Hawks) o “Calle sin salida”. Y tras “Jezabel”, aún habría de maravillarnos con otros grandes clásicos del cine como “Cumbres borrascosas”, “El forastero”, “La carta”, “La loba”, “Los mejores años de nuestra vida”, “Vacaciones en Roma”, “Horizontes de grandeza”, “Ben-Hur”… Sí, sobran las palabras. El magnífico guión de “Jezabel”, basado en la ya citada obra homónima de Owen Davis, corría a cargo de Clements Ripley, Abem Finkel y John Huston.
La correctísima fotografía era firmada por el californiano Ernest Haller, a toda pantalla desde 1920 y ya con títulos en su filmografía como “La escuadrilla del amanecer” o “El capitán Blood”. Tras “Jezabel”, Haller nos regalaría también las imágenes de “Lo que el viento se llevó”, “El halcón y la flecha”, “Rebelde sin causa”, “¿Qué fue de Baby Jane?” o “Los lirios del valle”.
Y
la preciosa banda sonora nos llegaba a través del maravilloso compositor vienés
Max Steiner, en el cine desde 1916 y ya con títulos a sus espaldas como “Ave
del paraíso”, “Doble sacrificio”, “King Kong”, “Las cuatro hermanitas”, “La
patrulla perdida”, “El delator”, “El pequeño Lord”, “La carga de la brigada
ligera”, “La vida de Emile Zola” o “Las aventuras de Tom Sawyer”.
“Un
clásico del melodrama. Wyler trata el tema con un estilo clásico y contenido
que realza el apasionamiento de Davis”
(Francisco
Marinero, Diario El Mundo)
“Willie me corrigió mis malos hábitos… Cuando me abochornaba, yo sabía que tenía razón. Además, había tratado ya a un montón de directores a quienes la interpretación les importaba un comino, preocupados sólo de cumplir el calendario”
“Jezabel” suponía su primer trabajo a las órdenes de William Wyler. Como cabía suponer, Bette nos brindaba una perfecta interpretación de Julie, su caprichoso personaje en esta historia. Sencillamente magistral.
En el cine desde 1935, Henry Fonda llevaba ya once títulos a sus espaldas, entre ellos “Canción de amor”, “El camino del pino solitario” o “Sólo se vive una vez”, y ya había dado buena muestra de su enorme profesionalidad como actor.
Con su, en todos los sentidos, correctísimo Preston Dillard, Fonda sumaba otra impecable intepretación a su ya entonces prometedora carrera.
George Brent daba vida a Buck Cantrell. Brent ya había sido visto por el público americano en títulos como “Miss Pinkerton”, “Stamboul Quest”, “El velo pintado” o “Agente especial”.
Donald Crisp era un, cómo no, maravilloso Dr. Livingstone. En la gran pantalla desde1908, Crisp había intervenido ya en infinidad de cortometrajes, en títulos tan fundamentales de la época muda del cine como “El nacimiento de una nación”, “Intolerancia”o “La culpa ajena” y en otros tantos de la ya sonora como “Tierra de pasión”, “Sangre gitana”, “La tragedia de la Bounty”, “María Estuardo”, “La carga de la brigada ligera” o “La vida de Emile Zola”. Todo un clásico de la historia del cine Donald Crisp.
“Pienso en una mujer llamada Jezabel que hizo el mal a los ojos de Dios”La paciente y comprensiva tía Belle nos llegaba a través de una exquisita Fay Bainter, extraordinaria actriz teatral que llevaba tan sólo desde 1934 en el cine.
Y Spring Byington interpretaba a Mrs. Kendrick. Byington se dio a conocer en la gran pantalla en 1933 como la madre de “Las cuatro hermanitas”, clásico título cinematográfico al que siguieron otros como “La tragedia de la Bounty”, “Desengaño”, “La carga de la brigada ligera”, “Corsarios de Florida” o “Las aventuras de Tom Sawyer”. Tras “Jezabel”, nos acabaría de conquistar a través de su más reconocido personaje, la entrañable Penny Sycamore, encantadora madre de la maravillosa familia de “Vive como quieras”.
Completaban el excepcional reparto Margaret Lindsay (Amy), Richard Cromwell (Ted), Henry O’Neill (General Bogardus) o Irving Pichel (Huger).
Producida por William Wyler para la Warner Bros. Pictures, “
Jezabel” (Jezebel) era estrenada en el Radio Music Hall de Nueva York, hace ya 75 años, el 10 de marzo de 1938. La película fue un rotundo éxito de público y agradó a la mayor parte de la crítica cinematográfica.Bette Davis y Fay Bainter fueron merecidamente galardonadas con sendos Oscar como mejor actriz y mejor actriz secundaria, respectivamente. “Jezabel” fue asimismo nominada en los Premios de la Academia como mejor película , fotografía y banda sonora.
El primer día de rodaje y por indicación de William Wyler, Bette Davis tuvo que repetir unas 47 veces (se dice pronto) una misma escena, bastante corta y aparentemente fácil. Davis cumplió como buena profesional que era pero luego exigió ver proyectadas estas tomas y que Wyler le explicara qué no había hecho bien. Tras verlas, comprobó por sí misma que, no sólo había diferencias entre ellas en cuanto a su interpretación sino que, además, era precisamente en la última donde se mostraba más natural.El ya clásico baile de “Jezabel” no tenía apenas importancia en la obra teatral de origen y, en un principio, tan sólo ocupaba unas pocas líneas del guión cinematográfico. William Wyler, sin embargo, se dio cuenta de la importancia de dicha escena en el desarrollo de la historia y le dedicó nada menos que cinco días de rodaje, resultando finalmente una de las más extraordinarias escenas de la historia del cine. “’Jezabel’ queda lejos de la usual historia romántica sureña. Es un penetrante estudio de caracteres en un ambiente cuya belleza superficial no anula su autenticidad y solidez esenciales” (James Shelley Hamilton en la revista National Board of Review)