Revista Ciencia

Jipi en el tren de Matallana.

Por Daniel Paniagua Díez
Jipi en el tren de Matallana.
Jipi en el tren de Matallana
Hace algunos años había personas que veían nuestro paso por este mundo de otro modo y manera, aunque no se lo crean; una muestra.
Eran los días en que aún funcionaban trenes con locomotoras de vapor arrastrando coches de viajeros, de madera, y se podía pasar de uno a otro con facilidad. A las 09.10 horas de un veraniego sábado recibe la orden de partir y el maquinista responde dando el pitido de atención; comienza a avanzar la composición lanzando fuertes volutas de humo 😠 oscuro, se va el tren de Matallana de la ciudad de los dos ríos.Todos los viajeros ya están acomodados en el interior de los coches con las ventanillas subidas a resguardo de la humera, todos menos uno, uno que permanece sentado en el suelo del balconcillo del segundo de los coches.El revisor, impecable con su uniforme de estreno, va picando uno tras otro los billetes de cartón comprobando los destinos. Al salir del segundo coche y con las prisas tropieza con una gran maleta y suelta una terrible imprecación; algo muy ferroviario.(Impublicable)− ¡Jipi! Quita esta puta maleta de en medio; que no te lo tenga que repetir.😠Le pica el billete y continúa al siguiente coche.Las estaciones se van sucediendo y los viajeros subiendo y bajando, y tropezando con el maletón:−¡¡Cágon di…!!, ¡Cagón tu…!, ¡¡me caguen la ma…!! 😠😠😠Jipi imperturbable, aferrado a su guitarra. 🙏
San Feliz, Garrafe, Pedrún,… Y cada vez que cruza el revisor la misma imprecación:(Impronunciable)− ¡Que quites la puta maleta de en medio! 😠Jipi inmutable. 🙏Con el sombrero de fieltro gris de campesino que lleva en la cabeza intenta proteger sus ojos de la carbonilla que sale por la chimenea.En Pardavé hay bastante follón entre los que quieren subir y los que desean bajar primero, y venga tropezones con el tremendo maletón; los insultos se deben de escuchar hasta en la mina de La Valenciana. Omito poner alguno pues en este campo bien abonado el vocabulario de la ribera leonesa es muy extenso, abarcaría Castilla entera.−¡¡Que quites la puta maleta de en medio!!😠😠😠Jipi incognoscible. 🙏Se limita a comprobar si va bien la cremallera de la funda de su guitarra. 🎸

Al enfilar el tren la curva hacia La Estación de Matallana el revisor, con un cabreo de mil demonios, (también impronunciables) aferra y levanta con todas sus fuerzas el pesadísimos maletón y lo lanza al río Torío al pasar por el puente.Jadeante, es desesperante, (le falta poco para la jubilación)Casi implorante: 🚽−No digas después que no te lo había advertido.😠Y entra en el coche para comprobar la entrada en la estación y que nadie se deje algo olvidado en el tren.Jipi se limita a sacar la guitarra de la funda. 🎸

En un minuto escaso todos los viajeros están preparados para bajar del tren y abrazarse a los allegados que les esperan ansiosos por ver que nos traerán de la capital.Aún el tren no se ha detenido totalmente y un ágil Jipi ya camina por el andén con la guitarra en las manos y su mochilita en la espalda. Entre el ruido menguante de la locomotora y los rumores de las personas se le escucha rasguear y puntear en la guitarra e incluso cantar algo así como:¡¡No era mía la maleta, ay, ay, ayayay!!¡Que no era mía la maleta!🎸🎸🎸
Se largó raudo caminando por la carretera hacia Vega, donde aquel fin de semana se celebraban fiestas variadas y hay quien dice y se atreve a opinar que triunfó con sus canciones marineras entre La Sección Femenina y las mozas montañesas.👏👏👏
Jipi en el tren de Matallana.Cuentos del Bujías.
Dedicada esta vieja historieta a mi amigo Antonio Díez Prieto, el Buji, que tantas me contó haciendo este mismo trayecto.Darle un gustazo, chicas.
Daniel Paniagua Díez

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