Joaquín Sabina - Gira Vinagre y Rosas

Curioso, pero nunca antes había estado en un concierto de Sabina. Cualquiera diría que me he pasado toda la vida escuchando sus cintas en el coche cuando bajábamos al sur y que he utilizado sus letras más de una vez para ilustrar diferentes momentos por los que he pasado. También hay que reconocer que mis compañías nunca quisieron llevarme...
El caso es que, como nunca antes había ido, no tengo con qué comparar. Supongo que no será lo mismo verlo en Ventas que en Alcalá de Henares y que importa si fue ayer o hace tres años. A mí me habían dicho que estaba machacado y, sinceramente, no me lo pareció. Para evaluar este punto, mejor preguntar a los expertos del aforo.
Fueron más de dos horas de concierto, de música y colegeo. Fue también una buena proporción entre las canciones de siempre y las más recientes, dándonos a todos lo que cada uno por su lado esperaba. A mí me faltó algún tema, pero salí encantada y satisfecha, viendo cómo dominaba el escenario una banda que sabe más que otros muchos sobre tener al público en la palma de la mano. Si es cierto que es su última gira, me alegra haber podido verle (al fin) en directo.
Por cierto, en los conciertos de Sabina huele a puro y los niños menores de edad se ponen el bombín para cantar la del Pirata.