Tremendo lo que copiopego de otro blog, del que lleva un tal Gonzalo Vazquez. Tremendo porque puede dar risa, pero hay quien lo vive como un drama. Sobre todo a juzgar por como lo describe -con magnífico estilo, por cierto- el autor de la entrada, dolido por lo dificil que resulta encontrar pareja cuando ya eres mayorcito y vives todavía con los padres. Cuando ni siquiera se es capaz de consumar el sexo las raras veces que se intima con una chica, dada la inexperiencia y los nervios.
Tan solo pegaré algunos párrafos, con comentarios míos. En el enlace está la entrada completa.
“Tiene casi treinta años. Podría tener veinte o cuarenta. En lo esencial nada ha cambiado ni lo hará. En algún momento su carácter y posición en el mundo se detuvieron, como el aire de las cuatro paredes que lo encierran. Son muchos. En realidad demasiados. No se les oye ni ve. Viven ocultos, palpitan en secreto y como perciben la existencia a solas se deslizan como espectros a la intemperie social, que con disgusto deben cruzar a diario……...“
Hasta aquí la presentación de esta especie, especialista en aguantar pilares y paredes de discoteca, dicho sea con respeto, ejem. Continúa, básicamente, diciendo que internetean mucho y hacen poca vida social:
“La distancia al otro sexo ha tornado ya infranqueable. Lo hizo en el momento de justificarla. Y nada repudia más que el veneno conservador de las niñas bien, de ninguna de las cuales disfrutó jamás una mirada. . Pero no su añoranza. Desea entonces una chica normal pero no sabe dónde encontrarla………
“porque sigue siendo un hombre. Solo que aún no ha tenido oportunidad de comprobarlo.
Por eso un encuentro sexual le viene grande. Ve el cielo abierto a su posibilidad. Pero se va nublando a medida que la inseguridad lo posee. No entiende cómo es posible haber deseado tanto lo que ahora le aterra. Así ocurre que la noche en que el azar del destino lo elige descubre con ingrata extrañeza la hediondez de un coño, la torpeza en acertar su diana a oscuras, las reacciones indescifrables de ella, su sospechoso silencio y como un terrible guión cuyo orden ignora de raíz. Habituado a la vida mental, al placer cognitivo, esta violenta sobrecarga de los sentidos dificulta su erección. Descubre entonces que la experiencia in situ nada tiene que ver con el atletismo sexual de que su sobredosis de porno le creyó convencido.“
El colmo de las pesadillas, el summum de la frustración. Que te caiga del cielo un cacho de pan cuando te fallan los dientes. Y esas frustraciones engendran más miedos y abonan el terreno para el siguiente gatillazo, en un peliagudo círculo vicioso. Y pasa a ver a las mujeres como enemigas, aay, qué duro debe ser eso, con lo rebonicas que son:
“…Antes bien se convence de su naturaleza diabólica. Habrá cruzado entonces una peligrosa frontera. Ya no verá mujeres. Solo enemigos envueltos en seductora forma de presa sexual. Una visión envenenada al punto de percibir la belleza que no hace suya como un calvario, peor cuanto más irresistible aquélla…“
La culpa, en buena parte, de la cultura imperante, claro:
“una cultura tan hiperfeminizada como para hacer del gay un icono de modernidad…..Al fervor de la culpa masculina ocurrió que ni siquiera podrían darse mujeres frígidas. Solo falos incapaces. Así toda humillación encajaba para solaz de la nueva mujer, una estúpida caprichosa que ha venido triunfando en el discurso simbólico como preferible a toda mujer anterior.“
El resto es demasiado largo. Pero no es de extrañar que después de abonar el campo surjan, de primeras, comentaristas desesperados como este:
Marcos:
“…miro mi vida y veo que ha sido una sucesión dolorosamente solitaria de pajas y ensoñaciones incumplidas. No logro que las mujeres me tomen en serio. Ha habido unas cuantas que me han gustado muchísimo, pero nunca ha sido algo mutuo. Desde hace unos meses no hay un sólo día en que no piense en suicidarme...“
Y la reacción a un comentario femenino irónico posterior, un tanto displicente y burlón, no podía ser otra. Primero copio el comentario de la chica:
Penélope:
Madre de dios hermoso!!!
Vaya tela con el texto y vaya tela con los comentarios (solo coincido con el primero. Goat Manigault.)
Os acompaño en el sentimiento.
La reacción, como decía, es furibunda, claro:
Josele:
“…Me vas a perdonar pero las mujeres no tendrían ni que entrar por aquí. Porque no tienen ni la más ZORRA idea de lo que el texto describe.
Saludetes.”
Da la impresión de que la palabra “zorra” esté resaltada adrede. Prosigue la cosa con el intercambio de ironías femeninas por descalificaciones masculinas, además de comentarios comprensivos con el aspirante a suicida, no sin encarecerle antes de que se abstenga de serlo.
Por mi parte, coincido con un comentario en el que dice que no hay que autocompadecerse y encerrarse en la concha. “Ellas” no son una entidad homogénea. Cada una, de hecho, es un mundo ¿Verdad, amiguitas
? A ellas también les amenaza la soledad y -de hecho- también suelen caer en la misandria (desprecio de los varones) cuando se frustran. Templemos los ánimos, que llega la primavera.Estaba copión y con ganas de quedar bien ¿Se nota?