Joël Fajerman es un músico de formación clásica que, tras los habituales escarceos con el rock y el pop de cualquier chico de su edad, decidió que su medio de expresión iban a ser los sintetizadores en el momento en que puso sus dedos sobre uno de ellos. Coetáneo de otras figuras del país galo como Jean Michel Jarre (ambos nacieron en 1948) encontró sus primeras oportunidades en la música para televisión, en especial para documentales, con lo que seguía el mismo camino del griego Vangelis y otros tantos artistas de aquellos años. Fanático del Prophet V, su sintetizador “fetiche”, colaboró con muchos artistas de la época incluyendo nombres como el de Francis Rimbert, aunque sus mejores trabajos fueron casi siempre en solitario. Su discografía es hoy casi inencontrable y ni siquiera está clara la procedencia de todas las grabaciones. Hay varios LPs de finales de los setenta y comienzos de los ochenta pero no tenemos demasiada información al respecto de si son discos de estudio concebidos como tales o bandas sonoras de algún documental de la época (aunque por los títulos de los cortes y el de alguno de los discos como “Painted Desert”, nos inclinamos por la segunda opción). Lo más sorprendente es que, siendo su música como es, de una gran calidad y con muchas similitudes con la de artistas como los ya citados Jarre o Vangelis e incluso compartiendo instrumentación y tipo de sonido con ellos, nuestro hombre pasase desapercibido en su momento.
No fue hasta 1979, año en que Fajerman hizo la música para “L’Aventure des Plantes”, documental sobre botánica de la televisión francesa, que obtuvo un gran reconocimiento internacional. Recordemos que eran años en los que las televisiones públicas de toda Europa compartían muchos de estos contenidos documentales y ello, unido a la aún escasa oferta privada en el medio hacía que este tipo de productos llegasen a audiencias impensables hoy en día. Pues bien, cada uno de los capítulos de la serie daba comienzo tras una sintonía electrónica inolvidable, de sonido casi perfecto y con una melodía llena de melancolía y tremendamente evocadora que seguía los parámetros de clásicos como “To the Unknown Man” de Vangelis, con quien muchas veces se suele comparar al bueno de Joël. La gran acogida que tuvo su composición, titulada “Flower’s Love” hizo que un sello como Carrere decidiese publicar un recopilatorio que llevaría el nombre de la serie de televisión y se abriría con la ya célebre sintonía pero que sería completado con composiciones ajenas a la misma y procedentes de discos anteriores del músico. El LP alcanzaría un éxito inmediato aunque no consiguió afianzar la carrera discográfica de su autor que tras este fugaz reconocimiento, volvió a publicar algunos discos de corta tirada y escasa repercusión, a pesar de lo cual ha seguido trabajando para la televisión escribiendo bandas sonoras prácticamente hasta nuestros días. Tal es el olvido en que cayó Fajerman que sólo nos consta una edición en CD de su obra más popular y que, curiosamente, publicó exclusivamente en España el sello RCA en 1990, ocho años después de su primera edición en vinilo. Hay alguna información en internet sobre una supuesta reedición española de 1997 pero no hemos podido confirmar su existencia. Ni que decir tiene que un CD original de “La Aventura de las Plantas” suele alcanzar precios bastante elevados en plataformas como ebay con cierta frecuencia.
Joël Fajerman
“Flower’s Love” – La composición más célebre de Fajerman es un himno electrónico que comienza con una secuencia “rodante” de sintetizador acompañada de unas sencillas cuerdas y de una bellísima melodía con un punto de tristeza que se repite una y otra vez sin apenas variaciones. Sí que las experimenta el resto de la pieza a la que se van sumando efectos electrónicos, alguna otra línea melódica e incluso, en su parte final, una sencilla percusión. Buena parte de los arreglos recuerdan al Vangelis de la época, en especial al de discos como “Spiral” pero lo cierto es que “Flower’s Love” se ha hecho un hueco en la memoria de los aficionados gracias a su gran calidad, ajena a cualquier intento de imitación que pudiera intuirse.
“Ma Forêt” – El primer disco relevante de Fajerman llevaba por título “Racines Synthetiques” y estaba firmado a dúo por nuestro músico y Yann Yrrsen. A ese disco pertenecen éste corte y el siguiente. El primero de ellos es una composición planeadora con una melodía muy sencilla que se desarrolla sobre una línea de bajo muy parsimoniosa. Las cuerdas sintéticas revelan un uso casi abusivo del “flanger”, efecto de distorsión habitual en la música electrónica “planeadora” y muy apreciado por el músico, lo que le granjeó el apelativo cariñoso de Joel “Flangerman” en algún momento.
“Racines Synthetiques” – Una de nuestras composiciones favoritas de Fajerman es esta poderosa pieza en la que una agresiva secuencia nos da la bienvenida mientras escuchamos una melodía simple pero eficaz, aderezada con arpegios electrónicos dignos del mejor Jean Michel Jarre. Otro clásico electrónico de Fajerman al que el único pero que le podemos poner es su escasa duración (no llega a los tres minutos).
“Rose des Sables” – Saltamos ahora a 1980 y al disco “Painted Desert”. A él pertenece esta romántica miniatura de corte clásico en la que intuimos el uso de algún tipo de sampler para la melodía central. Una brevísima joya que nos deja con ganas de más, especialmente porque en el disco original, constaba de una segunda parte que aquí se omite.
“Painted Desert” – Continuando, evidentemente, con el mismo disco, se recupera aquí una balada electrónica con un esquema parecido al corte anterior. Densas capas de cuerdas con “flanger” (al estilo del Jarre de “Oxygene” y sus pasajes con el órgano Eminent) sobre las que destaca un tema central de aire romántico muy inspirado.
“Reminiscences” – Avanzamos un poco más en el tiempo hasta 1981 y el disco “Azimuts”, del que se rescata esta preciosa joya barroca que perfectamente podría haber sido interpretada por un clavicordio y una pequeña orquesta de cámara ya que los sintetizadores se dedican a emular ese sonido. Otra muestra del talento de un compositor que habría merecido mejor suerte.
“Levantines” – Continuando con “Azimuts”, escuchamos otro tema con aire de himno electrónico. Un ritmo poderoso aparece desde el comienzo mientras de desarrolla una melodía solemne que en algún momento nos recuerda a la séptima parte del “Equinoxe” de Jean Michel Jarre sin que el parecido llegue a ser sospechoso. Desde que cayó en nuestras manos el disco hace muchos años, ésta es una de nuestras composiciones predilectas sin lugar a dudas.
“Incantation” – Retrocedemos ahora hasta 1979 con otro disco titulado “Prisme” del que procede este corte y otro posterior. Es uno de los más puramente ambientales de todo el trabajo ya que carece de una melodía fácil de recordar como la mayoría de los temas precedentes. Para que no todo sean influencias recogidas por Fajerman de otros músicos, creemos que composiciones como esta pudieron estar presentes en la mente de Jean Michel Jarre cuando grababa los pasajes más abstractos de su “Magnetic Fields” o algunas piezas nuevas para su gira de 1981 por China.
“Plage de Lune” – Volvemos al disco “Azimuts” con una de las composiciones más prescindibles de toda la recopilación en la que Fajerman se acerca peligrosamente a un sonido “new age” en el que se iba a situar buena parte de su obra posterior. Melódicamente la pieza tiene un pase pero en términos de sonido es mucho menos interesante que cualquiera del resto del trabajo.
“Sirocco” – Última aproximación al disco “Painted Desert” con una pieza más que interesante. Atmósferas indeterminadas sobre un rumor continuo que muy bien podría simbolizar el viento al que alude el título en una pieza espesa en el buen sentido de la palabra, que sirve de perfecta transición hacia el final del disco.
“Strings” – Cierra la recopilación una pieza procedente del disco “Prisme” con una de las más emotivas melodías de todo el disco. Un ritmo procesional abre la composición en la que, adornado por diversos efectos electrónicos, suena un tema brillante. Sencillo como casi todos los del disco pero de gran belleza. Es difícil imaginar un broche más adecuado para un disco que, pese a su carácter de recopilación, y dada la dificultad para encontrar los vinilos de los que procede la mayor parte de los temas, podemos considerar como un soporte perfecto para ilustrar la obra de su autor.
Aprovechamos para reivindicar su discografía aquí ya que muy poca gente hoy en día conoce los trabajos de los que se nutre “La Aventura de las Plantas” y menos aún posee alguno de esos discos. Sería una gran idea que algún sello se plantease una edición en CD de estas obras aunque mucho nos tememos que eso es algo que nadie se plantea siquiera hoy en día. Recomendaríamos la adquisición del disco hoy comentado si fuera posible pero encontrar un copia en disco compacto en alguna tienda de segunda mano o similar sería todo un golpe de suerte.
No se nos ocurre mejor cierre para la entrada que la cabecera de la serie que lanzó a la fama a Fajerman: