Estos cómics los he leído lo menos 2 decenas de veces. Eran lectura veraniega. Estaban en donde iba a veranear, así que los leía siempre cada año en las laaaargas y envidiables vacaciones escolares porque siempre hay un rato aburrido, incluso cuando no estás en tu hogar. Hice un post sobre ellos en un blog que ya no existe, como me arrepiento de no haberlo conservado...
En mi última relectura, fácil más de un lustro, me gustaron bastante, en esta no. Me siguen pareciendo buenos porque es que lo son. Estos cómics son unos clásicos. Pero esta vez no me han hecho tilín. No sé si es que ya me he hecho viejo o es que empiezo a estar empachado. No es que me los sepa de memoria, pero desde luego ya no guardan sorpresas para mi. En la última relectura me pareció fabuloso "La guerra de las Siete Fuentes" (La guerra de Tomo y Lomo) y ahora ni de lejos diría eso de él.
He dicho que estos cómics son unos clásicos porque puedo atestiguar que han resistido perfectamente el paso del tiempo. Peyo es un autor magistral. Aunque fue un dibujante bastante limitado consiguió desarrollar un sobrio estilo caricaturesco la mar de simpático y atractivo, y porque fue miembro de una generación doro se esforzó mucho en la narrativa y en que sus historias fuesen sólidas de tal modo que consiguió un arte sobresaliente y atemporal. Sin duda muy clasicote pero irreprochable por su legibilidad y expresividad. Los dibujantes de Cómic que se forjan en la animación en esas cosas siempre sacan al menos una cabeza a los que tienen otra formación. Naturalmente parte desta atemporalidad es que los cómics de Johan y Pirluit ocurren en una Edad Media fantasiosa. O sea, el pasado tanto para ntros. como para los lectores de entonces y para los del futuro. Una Edad Media que evoca a la de cartón piedra del Cine de Hollywood de la misma época (sus vikingos se adelantaron un año y sus zombis se adelantaron 5 a los de Romero), en el que sin duda se inspiró, sólo que es menos falsa e impostada por estar dibujada, ser sobria y el autor ser europeo. No se puede datar. Parece situarse en el siglo XIII o XIV pero tiene elementos del XII y sus armaduras son del XV. Pero da igual. No estamos en un cómic histórico, aparecen vikingos cuando estos desaparecieron definitivamente en el siglo XI, y además el reino de Johan y Pirluit jamás ha existido, aunque evidentemente evoca vagamente la parte septentrional de las Francia y Bélgica actuales. Finalmente ser un cómic para los niños de los 50 y 60 no le ha pasado factura pues el enfoque de Peyo es totalmente adulto. Simplemente margina las partes consideradas no adecuadas para infantes enfocándose en la aventura, y la acción está edulcorada: se golpea mucho más que se pincha y raja y generalmente no se pelea con armas. No hay sexo ni sangre pero los buenos no son infantiloides ni ñoños, los villanos no son tontos y/o torpes y no hay moralina. Es aventura pura y dura con Fantasía muy ligera donde el Bien también se puede defender con engaños y tácticas. Los argumentos son sencillos y directos (y previsibles con una edad), pero están perfectamente contados haciendo que siempre pasen cosas y metiendo bastante humor, de que Peyo era un tipo ingenioso se beneficia mucho su obra, y aunque los personajes son estereotipos, su autor sabe hacerlos simpáticos. Así pues, Johan y Pirluites una lectura de ayer, hoy y mañana.Ay! Cómo me emociono cada vez que veo una viñeta destas... Lo que dice Johan aquí lo dice igual en la edición de Dolmen. En qué estaba pensando Peyo? En la aventura anterior Johan, Pirluit y su rey habían ido a pata hasta el País Maldito, y en el histórico "La flauta de seis pitufos" Homnibus, el viejo de la viñeta, envió astralmente a Johan y Pirluit al País Maldito. Torpeza, pereza o lapsus linguae?
Naturalmente también es hija de su época. Como todo la BD juvenil dentoces (y antes) las mujeres en todas sus edades, clases y tamaños no aparecen. Si comparamos Johan y Pirluit con Tintín se ve una evolución a mejor. Es sabido que en la inmortal obra de Hergé sólo hay un personaje femenino, que es una menopáusica medio loca, y que las mujeres son casi invisibles y normalmente maduras y robustas. En Johan y Pirluit no hay un personaje femenino con la importancia de la Castafiore, lo más cercano es una figurante que aparece casi siempre y apenas habla que hace el papel de vieja estirada, pero salen muchas más mujeres y físicos más variados y lo que es mejor, con más frases y con cierto poder de acción. No obstante se las echa de menos. Evidentemente es la época y que está BD se producía en ambientes muy católicos (en los 50 Bélgica era tan nacionalcatólica como España sólo que se le pasó antes por enriquecerse antes), no hay misoginia o machismo. Lo que hay es un lógico odio hace la mujer mayor represora/madre típica de ambientes conservadores. Tanto el mundo de Tintín como el de Johan y Pirluit son un juego infantil masculino y ahí evidentemente el verdadero villano es la madre, que suele parecer a los niños una menopáusica histérica. Sin embargo Peyo puede ponerse en el pecho la medalla de ser subversivo, en sus cómics las brujas son buenas, aunque su aspecto es el tradicional, y claves para la resolución de los relatos en que aparecen, pero en seguida mete brujos, magos y alquimistas y la cosa queda en casi na. Evidentemente a mi esta marginación me ha pasado desapercibida toda mi vida, pues era lo normal, sobre todo en el siglo XX, y eso no impidió a mis hermanas disfrutar de Johan y Pirluit y releerlos cada verano, pues para ellas también era lo normal, pero hoy no deja de resultar algo empobrecedor, que a buen seguro va a relegarlos. Sólo hay que ver que la breve serie de tv con la que contaron los personajes en los 80, en plena Era Reagan, en el reinado de Schwarzenegger y Stallone, los productores metieron un personaje femenino convirtiendo así la típica pareja en un trío y le dieron peso a esa figurante antes mencionada. Igual esto explica, además de que a mis hermanas recuerden con más cariño a los pitufos, después de todo allí hay un personaje femenino fijo que es una jovencita que tiene a todos revoloteando a su alrededor, el que en la España castellanoparlante estos cómics llevasen casi 30 años sin editarse a pesar de su calidad y de ser para todos los públicos (algo así les pasó a los pitufos pero menos grave), y el que hasta ahora ninguna editorial había sido capaz de publicar todos los álbumes.
La reedición de Dolmen me supuso una moderada alegría. Bien! por la reedición porque los cómics que tengo, los de Bruguera, están hechos polvo, pero :( por desgracia esto, que igual no lo volvemos a ver aquí, ha tenido que ser por integrales. Llamadme clásico, llamadme rico, llamadme catalán, no me importa porque me hubiera encantado que esto se hubiese publicado en álbumes como en Cataluña. Estos no son incompatibles ni con la tapa dura (que no la necesito), ni el buen papel y aceptable reproducción, ni una tipografía bastante fiel al original (que tampoco necesito ya que estoy leyendo una traducción hecha digitalmente), ni una buena traducción. El no tener que sacar un tocho para leer una historia es mi placer secreto, y además la lectura es más cómoda y se puede hacer en cualquier lugar. Habría agachado la cabeza pero lo que me soflama destas ediciones son los extras. Puedo tragarme el integral, pero que venga con páginas de más que son auténtica basura, en el sentido de prescindibles, tirables, olvidables, no se me ofendan de más sus autores, me jode mucho porque las pago y ocupan un sitio que no tiene precio a pesar de que (me) sobran y no las he pedido. Y este ha sido el caso. Quitando las historias cortas de Johan y Pirluit; nada de lo incluido en los 5 tomos de los que consta la colección enriquecen la lectura dalguna forma. Hay alguna frasecilla, un dato perdido, pero en su mayoría es papel desperdiciado. En general son boberías equivalentes a un tocho entero. Si es que hasta por meter algo han metido páginas de un concurso que se hizo en la que los lectores dialogaban las páginas hechas por Peyo. Pero es que el guionista aficionado era un nobel de Literatura para que merezca ser reproducido? Hay extractos de un libro sobre Peyo. Por estos no parece gran cosa, aunque tiene su mérito recopilar datos y entrevistar a protagonistas porque eso es información que se pierde si no, pero se podía haber licenciado ya que aquí ese libro no lo vamos a ver en la vida para dividirlo entre los tomos. No sé. Cualquier cosa hubiera sido mejor que desperdiciar papel. Además a mi los lomos no me quedan bien, los 2 últimos, o los 2 1º en editarse, no son del mismo color y se han maquetado distinto.
En fin, Johan y Pirluit es una lectura muy agradable porque está bien hecha y es entretenida que gira en torno a las falsas apariencias. En general el conflicto de los relatos de Peyo, así como la base de los gags, es que las cosas no son lo que parecen, una idea interesante y subversiva que naturalmente no se desarrolla. Ninguno de sus aventuras está al nivel de "Los pitufos negros" y "Pitufísima", 2 de los mejores cómics de Todos los Tiempos, quizás porque en ellos tuvo la ayuda de Delporte, pero no hay ninguna floja, ni siquiera las simples aventuras iniciales toscamente dibujadas y sin el gran alivio cómico de Pirluit. Para mi sigue siendo la mejor "El sortilegio de Malasombra", que es notable, pero "El juramento de los vikingos", "El señor de Pikodoro", "La flauta de seis pitufos" (histórico) y "La guerra de las Siete Fuentes" no distan mucho de él, y casi brillan igual "El duende del Bosque de las Rocas", "La flecha negra" (leído por 1ª vez) y "El anillo de los Castellac". El resto (5) cumplen. Así pues, aunque en contra de su voluntad Peyo no hizo más cómics con el soso y noble Johan y el infantil y bravo Pirluit, algo debía olerse pues en contra de lo acostumbrado el final de la última aventura no lo protagonizan estos de tal forma que queda como un fin bastante rotundo, le queda la admiración por haber creado un clásico que además termina en todo lo alto (esto no lo consiguió con sus duendes). Por eso se le perdona que al final abusase del truco comercial de sacar a los pitufos. Desde luego ni en La guerra... ni en El sortilegio... son necesarios.