Revista Opinión

John Carter (2011)

Publicado el 19 marzo 2012 por Vigilis @vigilis
Bichos raros enormes, legionarios romanos con rifles de rayos, ruinas de grandes civilizaciones que vivieron tiempos mejores, conflictos feudales, extrañísimos ingenios mecánicos, costumbres y tradiciones no humanas, conspiraciones de alta política, paisajes infinitos,... el sentido de la maravilla ha vuelto.
John Carter (2011)
Los aficionados a la ciencia ficción con sentido de la maravilla, queremos derrumbar barreras a lo común, visto y manoseado. Por eso tenemos en la centenaria obra del autor de Tarzán, Edgar Rice Burroughs, la posibilidad de pasar un par de horas de acción estupenda. ¿Y qué mejor que Una princesa de Marte? Para quienes nos deleitamos con retar a los límites de la imaginación humana, esta obra no defrauda.
John Carter (2011)
Nosotros, aficionados y autores, somos los peores críticos del género. No nos conformamos con poco y exigimos la perfección. Ya está bien, yo quiero pasármelo bien y esta película lo consigue. Y no lo consigue de cualquier manera: la película, muy posible inicio de una saga fílmica, es un homenaje a las aventuras de espada y planeta, aquellas historias fáciles y baratas, producidas en masa para el gran público. Probablemente Una princesa de Marte sea el canon de esas historias. El aumento de la popularización de los avances científicos haría que esas historias de los pulps, dieran a luz a la Época Dorada. Así pues, enfundad vuestras pistolas de rayos y vuestros tricorder, disfrutad de la casquería, de los monstruitos, del ombligo de la chati protagonista y dejaos transportar a un mundo nuevo. Un planeta de escasos recursos con facciones enfrentadas. Un mundo en el que conviven diferentes razas inteligentes. Un escenario plagado de testimonios de lo antiguo que no acaba de morir y repleto de las promesas de lo nuevo que no acaba de nacer.
Para quienes no estéis puestos en el género, bastará con que os diga que la película da exactamente lo que promete. Es una mezcla entre Lawrence de Arabia, Wild Wild West y el Episodio 2 de la sacrílega precuela del vampiro George Lucas... aunque en realidad todas esas películas beben de la fuente del pulp primigenio, así que podría afirmarse que ellas se basan en esta.
Nótese que habrá quienes la clasifiquen en el género fantástico. No tengo nada contra ese género propio de quinceañeras colgadas enemigas del átomo, de la evolución y de la termodinámica; tan solo diré que en 1912, el conocimiento científico popular era el que era y estas historias mostraban lo que había. Si tú en 1912 a través de un viejo y maravilloso telescopio, veías canales en Marte, ¿por qué no pensar que respondían a un sistema de reparto del agua como el que España se merece desde tiempos del marqués de la Ensenada?
Notas sueltas sobre la película:
  • Gran idea la de distinguir a Helium por el color azul y a Zodanga por el rojo. No solo en los uniformes de los soldados, sino en la decoración de las ciudades-estado y en los "voladores".
  • Secundarios mejores que los protagonistas, como debe ser. Aunque aquí hay poco lucimiento para ellos porque la película se centra mucho en la pareja principal.
  • Estaría bien un mayor toque de originalidad y que la película se tomara más licencias. Una básica que me gustaría ver: Marte es muy frío, no muy cálido.
  • El "perro" de John Carter es un necesario toque "Jar Jar Binks" para mantener la atención de los niños. La película es para todos los públicos desde el punto de vista Disney, con todo lo que ello implica.
  • El "malo" que explica "el gran plan": argumentalmente se podría haber resuelto de otra forma (Los dioses de Marte, siguiente libro del que harán película, trata precisamente de este "gran plan").


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