Revista Cine
Título original: John Dies at the End
Año: 2012
Duración: 110 min.
País: Estados Unidos
Director: Don Coscarelli
Guión: Don Coscarelli
Música: Brian Tyler
Fotografía: Mike Gioulakis
Reparto: Chase Williamson, Rob Mayes, Paul Giamatti, Clancy Brown, Glynn Turman, Doug Jones, Daniel Roebuck, Fabianne Therese, Jonny Weston, Jimmy Wong, Tai Bennett, Allison Weissman
El terror vive en dos mundos.
Don Coscarelli a través de una novela de David Wrong, seudónimo de Jason Pargin, nos explica una historia demencial. Podríamos decir que da rienda suelta a sus más increíbles sueños, en un ejercicio de ir más allá de los convencionalismos. A partir de aquí cada uno que lo interprete como quiera. Nos da libertad total. La misma que él se ha tomado para realizarla. Lo más seguro es que nuestra opinión diverja en mucho a la suya. Es lo que tiene plantear una historia de esta manera, libre y anárquica.
Cuando asistimos al visionado de una obra de estas características, en la cual se plantea la lucha entre dos mundos, la entrada y salida de cada uno de ellos se hace un poco confusa, y muchas veces no sabemos en cual nos encontramos. Quizás en eso radique la gracia, mezclar sueño con realidad. A esto ayuda, sin duda, la salsa de soja, una droga de nueva generación que te hace ver cosas y te transporta en el tiempo y a otras dimensiones, todo en uno, ¿no está mal, verdad? Estas alucinaciones llevan a los protagonistas, John y Dave hacia un mundo que tienen la obligación de salvar. Difícil tarea la suya.
Con una intro espectacular, la película se convierte en un aluvión de imágenes en las que todo vale y, lo que a veces se asemeja a algo metafísico, deriva en un cuento fantasioso rodado, eso sí, de forma espectacular.
Dave es entrevistado por un periodista llamado Arnie. Le explica sus extrañas experiencias divididas en tres grandes bloques. En el primero narra su encuentro con un jamaicano llamado Molly. No hace falta mencionar lo que este le proporciona. En el segundo explica su investigación junto a su amigo John, de una extraña muerte aparentemente causada por Molly. Finalmente, en el tercero, trata de la investigación por la desaparición de su amiga Amy. No todo es tan sencillo, y todas estas historias se entremezclan para ofrecernos un coctel explosivo.
Personalísima película de Don Coscarelli, con un guión muy bien trabajado pero muy confuso, llega un momento, cuando la estamos viendo, que hay dejarse llevar y no intentar descifrarlo. Es tal el aluvión de imágenes y conceptos que cuesta digerirlo todo. No obstante, y después de hacer algún que otro acto de fe, la trama es sumamente atractiva y nos da algún que otro alucinante giro, y lo que en principio podría parecer como una parodia de los Cazafantasmas, se convierte en algo con mucha más sustancia. Hay que resaltar que el humor negro está presente en todo su metraje, y seguro que soltaréis alguna que otra carcajada. Los jóvenes y primerizos actores Chase Williamson y Rob Mayes, hacen una interpretación espectacular por su frescura y desparpajo, y junto a el prolífico Paul Gimatti, conforman un elenco de actores muy eficiente. La fotografía y la música son espectaculares y los efectos especiales muy conseguidos y verosímiles.
Comedia metafísico-terrorífica que hará las delicias del público más exigente. Este sólo tiene la obligación de disfrutar y divertirse. Yo creo que no vale la pena ir más allá, cada uno que juzgue y saque la punta a lo que pueda. La diversión está asegurada. Por último no os puedo decir si John muere al final, secreto de sumario.
Firma: Josep M. Luzán.