Mi instinto animal permanece aletargado desde el tazón con leche y cereales de esta mañana, emitiendo de vez en cuando sonidos de tambores tribales como los de aquella caja de Jumanji que alguien se afanaba tanto en esconder. Digo Jon Bilbao. Él dice tuc-tuc. Digo Padres, hijos y primates. Él dice tuc-tuc.
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