José Batlle y Ordóñez El político uruguayo José Batlle y Ordóñez nació en Montevideo, el 21 de mayo de 1856. Pertenecía al Partido Colorado, y fue presidente de Uruguay en tres periodos: 1899; 1903-1907; y 1911-1915. Durante sus mandatos aplicó numerosas reformas de carácter liberal y progresista. Fue un personaje tan importante para la historia de su país, que muchos historiadores consideran que a él se debe el nacimiento del Uruguay contemporáneo. Falleció el 20 de octubre de 1929, en Montevideo.
José Batlle y Ordóñez
José Batlle y Ordóñez José Batlle y Ordóñez, figura indiscutible del Partido Colorado uruguayo, fue presidente de la República en dos oportunidades entre 1903 y 1915, se convirtió en un hito ideológico y logró dar expresión a la sociedad de clases medias que estaba naciendo en su país al amparo de la prosperidad económica y la facilidad del ascenso social. Fomentó la participación activa del Estado en la economía, adelantándose a su época. José Batlle y Ordóñez (1856-1929), político uruguayo, presidente de la República (1899; 1903-1907; 1911-1915), uno de los dirigentes latinoamericanos más progresistas, cuya actividad pública, especialmente su amplia legislación social, dio lugar al surgimiento del moderno Uruguay.
2 TRAYECTORIA PREVIA A LA PRESIDENCIA
José Pablo Torcuato Batlle y Ordóñez nació el 21 de mayo de 1856, en Montevideo. Su padre era Lorenzo Batlle, quien presidiría la República desde 1868 hasta 1872. Comenzó estudios superiores de Derecho en la Universidad de la República, sita en su ciudad natal, pero los abandonó en 1880 para trasladarse a Europa y viajar por España y Francia. Regresó un año más tarde a su país y se convirtió en un periodista de éxito; luego de haber ingresado como redactor del periódico La Razón, fundó, en 1886, el diario El Día junto con Juan Campisteguy. De forma simultánea, fue desarrollando su carrera política desde las filas del Partido Colorado, la formación política liberal en la que también militara su padre. En marzo de 1886, tomó parte en la revolución de Quebracho, fracasada insurrección constitucionalista contra el gobierno del colorado Francisco Antonio Vidal, a quien los sublevados consideraban situado en la presidencia de la República para perpetuar en el poder al también colorado y ex presidente Máximo Santos. La derrota del levantamiento le condujo al destierro. Posteriormente, fue elegido diputado, en 1893, y senador, representación esta última que desempeñó entre 1896 y 1903. Desde el 15 de febrero hasta el 1 de marzo de 1899, ejerció en funciones la presidencia de la República (dada su calidad de presidente del Senado), en tanto tenían lugar las elecciones presidenciales en las que venció el colorado Juan Lindolfo Cuestas, quien venía asimismo ejerciendo provisionalmente la jefatura del Estado desde 1897.3 PRESIDENCIA
El 1 de marzo de 1903, tras resultar elegido presidente de la República, sucedió a Cuestas al frente del país. Volvió a obtener el cargo en el transcurso de ese mismo año, después de haber convocado nuevos comicios luego de una fallida rebelión promovida por distintos miembros del Partido Blanco (denominación habitual del enemigo tradicional del coloradismo, el Partido Nacional). Como jefe del poder ejecutivo, consolidó la unidad nacional al poner fin a las diversas rebeliones departamentales (especialmente, la del caudillo blanco Aparicio Saravia, fallecido en septiembre de 1904 durante la guerra civil que había enfrentado desde nueve meses antes a colorados y blancos); estableció la indemnización laboral; consiguió promulgar, en 1907, la primera ley de divorcio de Latinoamérica, que reconocía los derechos de las mujeres; y también creó institutos de enseñanza media en todas las capitales de provincia. Asimismo, durante su presidencia, se constituyeron empresas públicas que, al proporcionar servicios más baratos, supusieron una gran competencia para las privadas. Al finalizar su mandato en 1907, y ser sucedido por el también colorado y ex ministro suyo Claudio Williman, se trasladó a Europa, permaneciendo en el viejo continente desde ese año hasta 1910. En ese tiempo, representó a su país en la segunda de las Conferencias de La Haya. Tras ser elegido otra vez presidente de la República, el 1 de marzo de 1911 comenzó su nuevo mandato. Durante el mismo, fijó la jornada laboral en ocho horas y sentó las bases para la futura reforma constitucional que debía establecer un Consejo Nacional de Administración de carácter federal, basado en el modelo suizo, con un cuerpo ejecutivo en el que el poder sería ejercido por el presidente (elegido ya de forma directa por los ciudadanos) y por otros nueve consejeros. Su influencia política no declinó al cesar en la presidencia el 1 de marzo de 1915, de lo que da testimonio el hecho de que la Constitución aprobada en 1917 (durante la presidencia de su sucesor, Feliciano Viera, igualmente correligionario y ex ministro suyo) recogiera buena parte de su proyecto de reforma constitucional. Durante la década de 1920, etapa en la que la presidencia del país fue ejercida por los colorados Baltasar Brum (1919-1923), José Serrato (1923-1927) y Campisteguy (1927-1931), participó en el anteriormente referido Consejo Nacional de Administración (a cuyo frente estuvo en los periodos 1921-1923 y 1927-1928). Falleció el 20 de octubre de 1929, en Montevideo. El batllismo, la corriente política que lleva su nombre, tuvo desde entonces un amplio seguimiento en Uruguay. De hecho, varios miembros de su familia volverían a desempeñar la más alta magistratura uruguaya: su sobrino Luis Batlle Berres presidiría en dos ocasiones la República (desde 1947 hasta 1951 y entre 1955 y 1956) y un sobrino nieto suyo, Jorge Batlle Ibáñez, hijo del anterior, gobernó asimismo el país entre 2000 y 2005.