Revista Cultura y Ocio

José Luis Zerón Huguet

Por Acalvogalan

JOSÉ LUIS ZERÓN HUGUET
Mencionado por:
César Augusto Ayuso
Menciona a:
Blanca Andreu
César Augusto Ayuso
Luis Belda Benavent
Natalia Carbajosa
Alberto Chessa
Jordi Doce
María Escudero Gómez-Pardo
Manuel García Pérez
Antonio Gracia
Eduardo Moga
Carlos Oroza
José María Piñeiro
Mª Engracia Sigüenza Pacheco
Ada Soriano
Bio-bibliografía
Orihuela (1965) Fundador y director de la revista sociocultural “La Lucerna” y fundador y director, con Ada Soriano, de la revista de creación “Empireuma”. Preside la “Asociación Cultural Ediciones Empireuma”, que ha publicado más de quince libros.
Su producción poética editada consta de dos plaquetas: Anúteba, conjunto de poemas suyos y de Ada Soriano (Ediciones Empireuma, 1987), y Alimentando lluvias (Pliegos de Poesía del Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, 1997); Y los libros Solumbre (Ediciones Empireuma, 1993) , Frondas (Ayuntamiento de Piedrabuena y Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, Ciudad Real, 1999), El vuelo en la jaula (Cátedra Arzobispo Loazes, Universidad de Alicante, 2004) Ante el umbral, (Instituto alicantino de cultura Juan Gil-Albert, Alicante2009) y Las llamas de los suburbios (Fundación cultural Miguel Hernández, Orihuela 2010). Ha sido incluido en varias antologías y ha ganado varios algunos literarios de ámbito nacional. Su libro El vuelo en la jaula (Universidad de Alicante, Cátedra Arzobispo Loazes) fue seleccionado para el Premio Nacional de la crítica del año 2004 por los miembros de la Asociación Española de Críticos Literarios y los componentes del jurado.
Poética
Creo que el auténtico poeta practica un oficio paradójico y fronterizo con dolor, asombro, astucia y mucha intemperie. Necesita de la desesperación y al mismo tiempo ha de ser lúcido. Se mueve entre la aventura y la torre de marfil, la hondura y lo epidérmico, la existencia y la esencia, allí donde la armonía converge con lo espantoso. Por otra parte, no creo que haya que dejar a cargo del poema misión alguna. Me resulta ingenuo el individuo que pretende cambiar la realidad con un puñado de versos, lo cual no quiere decir que el poeta deba aislarse del mundo, si bien el aislamiento, a veces, es una forma digna de rebeldía contra tanta sinrazón. Cuando escribo poemas me siento un desposeído que ha de edificar en el paisaje devastado. Pero para que el poema se revele es preciso el asombro. El asombro es el vínculo entre la realidad y lo imaginativo maravilloso. Escuchar. Ver. Penetrar. Saber. Como dijo Walter Benjamin,”la atención es la oración del alma”. Por tanto escribir poesía es para mí un acto de fe amenazado por la incertidumbre.
Pese a todo lo dicho, en poesía no hay verdades absolutas y cualquier poética obliga a su autor a simplificar dogmáticamente. La poética verdadera de un poeta se encuentra en sus versos.
Poemas
SE han derramado los caminos en mis ojos
desfallecidos en el terrible anhelo
de mezclar el todo con la nada.
Se han encontrado desierto y selva
en el cenit de la mirada; la luz camina
sobre el polvo y la sed se entrega al arroyo.
En cada latido y en cada ruina
hace nido la extrañeza.
Mis palabras nunca alcanzarán
lo que ven mis ojos; siempre habrá
una carencia en las alas del lenguaje
y un exceso en la plenitud de la mirada
(De Ante el umbral, 2009)
EL manto de buganvillas cubriendo los muros,
los racimos de fucsias en el porche,
las amapolas en el talud,
el aura vibrátil de las naranjas,
las volutas errantes de la siembra
penetrando en cada ángulo de la mirada,
el lujurioso guiño de los tulipanes
y el encogimiento de los tallos aciagos,
las savias sedosas y las corrosivas,
las estelas que espesan
el tapiz de la distancia:
el afuera y el adentro en una sola llama.
La crepitación enciende el viento
y relucen los follajes rojos.
La sombra roja ciega el mundo
y niega todos los límites,
flechas de silencio, húmedas redes.
Veo el ardor, la incandescencia
de las metamorfosis,
la luz encarnada o la materia
disuelta en abisales fulguraciones.
Priapo monta a las vírgenes,
el cenit conquista todas las parcelas del instante
y en mareas de fuego
los huertos se alejan del espigón.
La retina ya no engendra
(pero abraza y redime)
y no hay jardín,
no hay cielo,
sólo montones de luz
y el eco de lo contemplado.
(De Sin lugar seguro, inédito)
Palabras para unos versos de Goethe
Si al contemplar naturaleza
siempre uno y todo se aprecian
y nada vivo es uno,
siempre es muchos,

qué fungibles entonces los sueños del hombre
y qué inútil mi conciencia
y mis ansias sembradas de preguntas.
Si nada hay dentro, nada hay fuera
porque lo que está dentro, está fuera,

¿por qué me siento condenado a errar
en la telaraña del enigma?
Si soy conciencia expansiva,
¿por qué este ser mío
Aprendió a decir yo soy
y a sentir el vértigo de su propia identidad?
¿Si he de disfrutar de la apariencia cierta
y del grave juego
de eternidades e infinitos,
por qué vivo para ser humillado
por la materia y el espíritu?
(Inédito)


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