Ha anunciado que ya no jugará más en Europa, que quiere jugar en Asia, hace tiempo, en un Informe Robinson comentaba que, cuando acabara su carrera profesional quería comprarse una moto e irse a vivir a Tailandia, le fascina esa cultura. Siempre ha sido un bicho raro, hasta para esto, lo normal habría sido irse a Estados Unidos o a Arabia Saudí, pero el quiere ir más allá.
Llegó al primer equipo de la mano de Raúl, todo lo que tenía el 7 de raza y actitud, lo tenía el 14 de calidad y desidia. Jugó 3 lustros en el primer equipo blanco, en ninguna temporada partió de titular, casi siempre acabó siendo decisivo, un jugador de contrastes, de cara al aficionado es blanco o negro, muy poca gente ve matices en el personaje, héroe o villano.
Deportivamente, en muchas ocasiones se le pidieron cosas que no tenía dentro, ante la falta de fútbol de muchas plantillas blancas, se le intentó, con poco éxito, la reconversión a mediocentro, se le pedía que fuera el eje a través del cual girara el equipo, que bregara, que fuese un ejemplo en la presión, durante ciertos momentos logró un simulacro de esto, en otros se excedía en su cometido y perdía demasiados balones o era expulsado por una entrada a destiempo. Un año, ante las bajas del equipo, incluso se le incluyó de 9 (lo que ahora se llama un falso 9), con éxito, se hinchó a marcar goles. Donde realmente le gustaba jugar es por detrás del punta, de 10, allí se explotaban sus mejores cualidades, la visión de juego, la verticalidad, el excelso último pase (seguramente sea de los 3 mejores jugadores que he visto en esta faceta), incluso un remate a puerta nada desdeñable.
Genio y figura, capaz de levantar un estadio tanto por un gesto técnico, un pase imposible, un remate preciso, como por una expulsión absurda, por una pérdida de balón en zona peligrosa… rara vez permanecía en la indiferencia, eso no iba con él.
Creo que lo que le ha pasado a lo largo de su carrera es que raras veces ha encontrado a quién le entienda, fuera del campo, me refiero, dentro ha formado sociedades maravillosas con Morientes, Raúl, Ronaldo o Van Nistelrooy, por poner ejemplos. Ha sido siempre el chico rebelde, con causa o no.
La memoria es selectiva y al repasar la trayectoria del 14 me quedan muchas más luces que sombras, nunca jugó una final de Copa de Europa, no llegó a triunfar en la selección, siempre fue discutido pero, por contra, ha dejado una colección de detalles de calidad casi inigualable en el fútbol europeo de los últimos 15 años.
Nos despedimos de Guti en el fútbol de máximo pero seguro que, allá a dónde vaya, levanta de sus asientos a los espectadores de turno, cuando uno es poseedor de magia, sólo depende de su voluntad el agitar la varita, soltar la zurda y mostrarla.