Cuando hablamos de blancos Verdejo, popularmente se piensa en El palomo cojo, El perro verde y algún otro. Vinos muy correctos que han calado entre el público por su sabor, pero seguramente también por sus nombres, que les han dado ese empujón para grabarse fácilmente en las memorias, como si de un estribillo pegadizo se tratara. Y no es un reproche, ni mucho menos, sólo una reflexión.
Pero si hablamos de José Pariente seguramente el número de personas que lo identifican ya son menos. José Pariente Verdejo es un anhelo hecho realidad. El deseo del mismo José que tal y como en la web de su bodega se explica, “Su anhelo, elaborar grandes vinos blancos…”. Sus viñas de Rueda están a 750 metros de altitud y se distribuyen en diferentes pagos para conseguir mejor calidad en su uva aprovechando su característico suelo cascajoso, ricos en calcio y magnesio. Se cree que la uva verdejo fue traída hacia el Siglo XI por mozárabes y gascones, aunque no hay ninguna certeza de ello.
Los verdejos se caracterizan por ser vinos fáciles, una vez se prueban, invitan a seguir tomándolos. Esa característica se acentúa en los vinos de José Pariente, donde el legado de la bodega continúa con la tercera generación apostando por seguir ofreciendo grandes blancos Verdejos, pero también Sauvignon Blanc, fermentados en barrica y un dulce Apasionado.
Fiel al típico amarillo del verdejo con algún toque verdoso, aromático y muy fresco. Afrutado pero no en exceso, algo que lo hace ideal para maridar con los típicos platos de pescados y mariscos, arroces y carnes no demasiado rotundas, aunque quesos, jamón y ahumados son también grandes de aliados.
Atreveos a probarlo si no lo habéis hecho ya y ponedlo en vuestra lista como un fijo. Para nosotros ya lo es.