José Santos Chocano Gastañodi (1875 – 1934), el poeta nació el 14 de mayo de 1875. Su padre fue José Félix Chocano de Zela y su madre María Aurora Gastañodi de la Vega. El poeta se ufanaba de descender del capitán español Gonzalo Fernández de Córdova. Polémico y arrogante, su vida fue novelesca y turbulenta, y su trayectoria estuvo asociada a la de los dictadores sudamericanos de la época. De otra parte, su producción literaria obtuvo en el Perú un reconocimiento nunca antes visto, llegó a ser el escritor más popular después de Palma y desbordó ampliamente los círculos estrictamente literarios. El poeta hace sus estudios secundarios en el Instituto de Lima y los concluye en el Colegio Alemán, dirigido por Pedro A. Labarthe. Ingresa en 1891 a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para estudiar Letras, pero no concluye su carrera.
Primeras obras de José Santos Chocano
Colabora con la secretaría de la presidencia de la República durante el gobierno del “califa” Nicolás de Piérola y ejerce el periodismo en La Neblina, El Perú Ilustrado, La Gran Revista y El Siglo XX. En 1895 asume la dirección del diario oficial El Peruano, publicando ese mismo año su primer libro de poemas Iras santas, y al año siguiente En la aldea. En estas primeras obras es evidente la huella del romanticismo tardío americano y europeo; básicamente influyen en él Víctor Hugo y el mexicano Salvador Díaz Mirón, a quien más tarde conocería personalmente. Pero este romanticismo, que también debe mucho a la retórica de poetas españoles como Quintana y Núñez de Arce, se combina con aportes parnasianos que son decisivos en su poética y que nunca abandonaría. Si bien fue amigo de casi todos los modernistas importantes, Rubén Darío, Lugones, Nervo, Herrera y Reissig, Jaimes Freyre, su inclusión en este movimiento es problemática para algunos. Se sentía distante del “afrancesamiento” de Darío -aunque por momentos lo imitase- y postulaba, en consonancia con el llamamiento de Rodó, una poesía que reflejara la naturaleza y la historia de América. Su pretensión lo llevó alguna vez a compararse con Whitman.
Declamación de José Santos ChocanoJosé Santos Chocano y sus inicios de la carrera diplomática
En 1901 inicia su carrera diplomática y viaja repetidas veces a Centroamérica; ocupando diversos cargos como el de encargado de negocios y cónsul del Perú. Cuando viaja a Argentina, en 1905, Chocano era ya un poeta con reconocimiento internacional. Había publicado La selva virgen (1896), El fin de Satán (1901) y Poesías completas (1902). Este último libro tenía un prólogo consagratorio de Manuel González Prada. Chocano conoce en Buenos Aires a Bartolomé Mitre, el gran estadista y director de La Nación. Su estadía en España como secretario de la legación peruana (1905) le permite trabar amistad personal con los mejores escritores de la época: Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Unamuno -que apreciaba su poesía-, Benavente y Manuel Machado, entre otros. Su prestigio se acrecentó con Alma América (1906), libro que condensa algunas de sus composiciones más conocidas y que alude a la vocación mestiza del continente. Figuran en él los poemas “Blasón” y “Los caballos de los conquistadores”, piezas clásicas de la recitación. Chocano viaja a Estados Unidos, Guatemala y México (1913). Al ser depuesto Madero es desterrado a Cuba. De regreso a Estados Unidos se desempeña como secretario de Venustiano Carranza y Pancho Villa. En Guatemala (1919) se convierte en amanuense del dictador Manuel Estrada Cabrera, modelo de El señor presidente, la novela de Asturias. Cuando el caudillo es depuesto, Chocano es tomado preso y hubiera sido fusilado si el Papa, Alfonso XIII y varios escritores de América y Europa no hubieran intervenido para salvarlo. Chocano retorna al Perú en 1922, después de largos años de ausencia. Habían fallecido González Prada y Piérola, ídolos de su juventud, así como su protector, Javier Prado. En Lima recibe el entusiasta aplauso de las multitudes y de la plana mayor de la intelectualidad: José Gálvez, Luis A. Sánchez, José M. Eguren y César Vallejo asisten al puerto del Callao a recibirlo. Recibirá el homenaje de la municipalidad limeña y de los diarios capitalinos. Adicto al régimen de Leguía, recibirá de sus manos, en noviembre de 1922, la corona de laureles de oro en el palacio de la Exposición y el título de “Poeta de América”. A pesar de su manifiesta vanidad, Chocano se mostró siempre cordial con poetas que lo admiraban, como Eguren y Vallejo.
José Santos Chocano asesina a Edwin Elmore
En 1924 se celebra fastuosamente en Lima el centenario de la batalla de Ayacucho y, para tal ocasión, Chocano escribe su “Ayacucho y los Andes”; para esa fecha llegó a Lima una importante delegación de intelectuales y poetas como Lugones, Jaimes Freyre y Guillermo Valencia. Amigo del tirano de Venezuela Juan Vicente Gómez, el poeta peruano elogia públicamente a las “dictaduras organizadoras” de Latinoamérica y Lugones afirma que había llegado “la hora de la espada” para el subcontinente. Estas declaraciones tendrían una amplia repercusión en los diarios americanos. El escritor José Vasconcelos ataca desde México a Chocano, y lo califica de “bufón”. Edwin Elmore, joven periodista limeño, defiende a Vasconcelos y escribe un artículo que, incidentalmente, llega a manos de Chocano; artículo en que lo trata de “vulgar impostor”. Después de un intercambio de palabras y, a la entrada del diario El Comercio, a la vista de su director, Chocano asesinará a Elmore con un tiro a quemarropa (31 de octubre de 1925). Inescrupuloso y ególatra, nunca se arrepintió de su crimen. La justicia -alineada con Leguía- fue benévola con Chocano y le permitió expatriarse, luego de un juicio de dos años, a Santiago de Chile. En Santiago el poeta intenta subsistir con colaboraciones periodísticas y recitales; pero se ve acosado por la pobreza y por conflictos sentimentales. Contrajo varios matrimonios y otras relaciones en los diversos países que corrió.
Muerte de José Santos Chocano
En 1934 Chocano fue apuñalado por un demente con quien, supuestamente, había tenido tratos comerciales, en un tranvía de Santiago. Trasladados sus restos a Lima (1965), fue enterrado de pie -tal como lo había pedido en un poema- en el cementerio Presbítero Maestro.
Entierro de José Santos ChocanoObras y aporte de José Santos Chocano
En su tiempo Chocano fue considerado un poeta “épico” por oposición al “lírico” Darío; no obstante, dentro de su obra encontramos breves composiciones íntimas y delicadas -las más valoradas en el presente-, como el “Nocturno N° 18 (La canción del camino)”, “Las orquídeas”, “La magnolia”, etc., poemas que contradicen el referido juicio. Mientras vivió, su gloria fue seguramente excesiva y, con el paso de los años, esta tendencia se ha situado en el polo opuesto, pero es innegable que Chocano incorpora dentro del modernismo americano, con ambición loable y singular en su generación, el paisaje tumultuoso de América y una interpretación de su historia que destaca el mestizaje. Se le critica su ampulosidad y una visión superficial de las cosas, quizá consecuencia de escribir tantos versos por encargo. Aparte de los mencionados, otros libros de Chocano son: Azahares (1896), La epopeya del Morro. Poema americano (1899), El derrumbe (1899), El canto del siglo. Poema finisecular (1901), Los cantos del Pacífico. Poesías selectas (1904), Fiat Lux (1908), El Dorado, epopeya salvaje (1908), Puerto Rico lírico y otros poemas (1914), Primicias de Oro de Indias (1934). Póstumamente se publicaron: Poemas del amor doliente (1937), El alma de Voltaire y otras prosas (1940), Memorias. Las mil y una aventuras (1940); Obras completas (México, Aguilar, 1955). Luis Alberto Sánchez tuvo a su cuidado la publicación de un texto voluminoso y pulcro: Obras escogidas (Lima, Occidental Petroleum Company, 1988). Ya en 1975 Sánchez había editado la mejor biografía sobre Chocano: Aladino o vida y obra de José Santos Chocano.